El manoseo al estado colombiano y a sus ciudadanos

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El Pájaro de Perogrullo

El Pájaro de Perogrullo

Columna: Opinión

e-mail: jplievano@outlook.com



Preocupante lo que pasa en la frontera con Venezuela. Ver a miles de compatriotas mal tratados por un Gobierno corrupto y mafioso como el Gobierno de Maduro da coraje. La cogió contra los más débiles y pobres, contra los colombianos que simplemente buscaron en Venezuela un sitio mejor para vivir.

 

Lo de Maduro no es más que una cortina de humo por el fracaso del sistema económico Castro-Chavista y la corrupción que ese mismo sistema generó. Dicen que hay dos carteles Venezolanos enfrentados, uno de Generales y otro de la Guardia Nacional.

Son carteles que saquean al Estado Venezolano haciendo negocio con las mercancías subsidiadas, re-exportando a Colombia lo importado por Venezuela. Esto, repito, no es más que el resultado del nefasto sistema económico Castro-Chavista y su corrupción. Pero eso es un asunto de Venezuela. El asunto nuestro es no dejar que maltraten a los nuestros y por ello es indispensable que el Estado Colombiano no se deje manosear.

Lo manosearon primero los maestros. Había que lograr excelencia en la educación, para lo cual se requería pagar con base en la preparación y las calificaciones. Los maestros pusieron el grito en el cielo y el Gobierno cedió.

Después se pretendió eliminar la tabla de fletes de trasporte terrestre y que fuera la libre oferta y demanda que determinara el precio. La iniciativa rápidamente fracasó pues el Gobierno cedió nuevamente.

Se produjo un paro agrario, el cual terminó con un mar de promesas y con el peor de los horrores, subsidios a los precios en evidente manoseo a los recursos públicos y al mismo Estado.

La reforma a la Justicia en las primeras de cambio fracaso por el manoseo al Ejecutivo por parte de algunos vivarachos del Legislativo, lo cual finalmente parió el horror jurídico de la inaplicabilidad de un acto legislativo. Y no hay que dejar de mencionar la manoseada al Estado por parte de las Farc.

Los malandros, matones, terroristas y narcos por obra del Gobierno están de igual a igual con el Estado Colombiano en La Habana. Todo esto debe terminar. El Estado debe hacer respetar su majestad.

Si no lo hace, no manda, no controla, no gobierna y sus políticas serán ignoradas, ineficaces y, aun más preocupante, sujetas a burla. La situación de Venezuela requiere un alto en el camino, un no más. El mismo Gobierno Santos con su actitud sumisa en los últimos 5 años ha gestado lo que hoy día viven nuestros compatriotas. Le ha permitido todo con su actitud lacaya. Es hora de tomar las riendas.

El Gobierno Santos no debe quedarse en reuniones bilaterales inocuas, con un Gobierno osco e irracional como el venezolano. Lo debe denunciar ante las instancias internacionales que sean competentes, la ONU, la OEA y hasta la Corte Penal Internacional, si ello fuere procedente, para que estas entidades se pronuncien.

Hay que repetir una y otra vez en todos los foros y escenarios internacionales nuestra inconformidad y el atropello al que han sido sometidos nuestros compatriotas para ir sumando voces de protesta contra Venezuela y apoyo a nuestra causa. Pero eso no debe quedarse ahí. Hay que hacer más.

Colombia debe retirarse de manera inmediata de Unasur y debe sacar a Venezuela como país garante del proceso de Paz. En conclusión, no podemos dejar de poner los puntos sobre las íes por el temor que se le tiene al matón del barrio. Y si no lo hacemos, nos seguirán manoseando.