La credibilidad de los mensajes de los gobernantes

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El Pájaro de Perogrullo

El Pájaro de Perogrullo

Columna: Opinión

e-mail: jplievano@outlook.com



El oficio de gobernar, más que un oficio un verdadero arte, se funda en los mensajes de los gobernantes a los gobernados. Y los mensajes para que sean efectivos deben contener unos atributos mínimos: Su oportunidad, su certeza y su compleción. 

 

Y si se dicen cosas carentes de certeza o mentirosas o verdades a medias o no se comunica de manera oportuna se pierde la credibilidad. Los atributos de certeza y compleción se explican por si solos.

La certeza no es más que la condición de ser cierto. Y es cierto porque está basado en un conocimiento seguro y claro de algo o se tiene la firme convicción sobre algo sin temor a errar. La compleción o calidad de completo del mensaje se explica de manera sencilla. Debe contenerlo todo. 

Pero se debe comunicar de manera oportuna, es decir cuando toca,  ni muy pronto ni muy tarde. Si se hace prontamente, se puede incurrir en imprecisiones por el calor del momento o por tener información incompleta.

Si se hace tardíamente, el mensaje cae en tierra de nadie o se presta para silencios especulativos. Y estos atributos es de lo que carecen algunos de los mensajes del Gobierno Santos. El caso más reciente es el del "Black Hawk" en el Urabá. No hubo comunicación de gobernante a gobernados con certeza, oportunidad y compleción.

En realidad, el Gobierno, en lugar de comunicar solamente qué pasó, cuándo pasó y el coste humano, se aventuró de manera inoportuna a lanzar la hipótesis de que el helicóptero se había accidentado como consecuencia del mal tiempo. No había estudios ni análisis en ese momento  que llevaran a la certeza de su afirmación.

Esto dio pie para especulaciones y críticas y que se pensara que lo dicho era solamente para impulsar la agenda de Paz. El Gobierno se equivocó entonces en el mensaje. El mismo fue inoportuno, carente de certeza e incompleto. Se precipitaron a decir que era un accidente. Y ante las críticas trataron de construir verdades a través de indicios.

El mismo Presidente indicó que se estaban investigando las causas del "accidente", descartando sin estudios la hipótesis de un ataque. El Ministro de Defensa indicó que la operación se había retrasado por mal tiempo y que la zona era "selva tupida" y "topografía quebrada", por lo cual la hipótesis más probable era un choque contra la ladera por nubosidad.

Completa la cuña el Director del Ideam al mencionar que en la zona se presentaba "nubosidad significativa". Pero por desgracia se filtró una grabación donde un uniformado mencionaba que el helicóptero había sido impactado por debajo, no con balas sino con un "tatuco", y en dicha grabación tampoco se aprecia nubosidad alguna.

 También se supo que el Médico inicial había indicado que un soldado estaba herido por un impacto de bala. Finalmente, sacaron al Director de Medicina Legal, acompañado de otros funcionarios del ejecutivo, para que explicara que no había impactos de bala en los cuerpos, ni trazas en las balas encontradas, señal de no haber sido disparadas, concluyendo por ello que las muertes habían ocurrido como resultado del accidente. El Gobierno al final del día se encontró aun más comprometido por su mensaje que por el mismo suceso y así parte de la opinión pensó y aun piensa que se encubre la verdad.

La situación requería otro manejo. Se debió indicar que se estudiaría y descartarían  todas las hipótesis de la ocurrencia del siniestro y que después de un análisis y estudio detallado, que debía incluir inclusive al fabricante, se sabría con certeza cuales fueron las causas del mismo. Lo demás es inoportuno y sin certeza y es especular de manera irresponsable, o posiblemente mentir, lo cual espero no sea el caso.