El Magdalena, sin el General, sigue inundado y en el laberinto

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Noriega

José Noriega

Columna: Opinión

e-mail: jmartinnoriega@hotmail.com



"Vive con los hombres como si Dios te mirase; habla con Dios como si los hombres te oyesen." Séneca

Sólo unas pocas horas después de haber sido aclamado frente a un exultante auditorio al aire libre en el Altar de la Patria y con la imagen del Libertador como testigo, el general (r) Manuel José Bonnet Locarno debió aceptar con resignación y melancolía que, apelando a los vericuetos posibles de la justicia, el Juez Cuarto Penal de Santa Marta, Andrés Lafaurie Baquero, le concediera una Tutela al gobernador Omar Díazgranados Velásquez y ordenara al alto gobierno que lo restituyera de inmediato en su cargo, por cuanto, arguye el Juez, "se le violó el debido proceso, el derecho al trabajo y el ejercicio de los derechos políticos" cuando fue sancionado y apartado de su cargo como respuesta a una solicitud de parte de la Contraloría General de la República, mediante la cual ordenaba su retiro temporal para así impedir que desde su propio cargo obstruyera la investigación relacionada con la compra de unos 66.000 kits escolares con destino a alumnos de educación preescolar y básica primaria de las instituciones educativas de los municipios no certificados del Magdalena que, al parecer y es lo que está por establecerse, fueron sobre valorados, lo que podría constituirse en detrimento público.

El mundo político del departamento, pero sobre todo el político nacional, se reconfortaron al conocerse la noticia de que el Presidente Juan Manuel Santos había pensado nombrar como piloto del Magdalena a un colombiano de aquilatadas condiciones y ese señalamiento no pudo haber encontrado mejor eco en la epónima figura del cienaguero más ilustre que ha parido la tierra de Álvaro Cepeda Samudio y a partir de allí el pueblo intuía y esperaba que, por fin, la tierra tendría como timonel a un ser humano de excepcionales calidades y quien a través de su vida pública demostró ser un soldado al servicio de la patria y como tal siempre aportó lo mejor de sí para edificar un mejor país y así lo anhelaba la población en donde esa designación encontró asonancia total, aseverando que no hubo un solo magdalenense que pusiera algún pero a su designación.

Obviamente, y como es apenas lógico y coherente con su posición de que nadie está por encima por la Ley, el gobierno central de inmediato acató la decisión del Juez y decidió que era imperativo restituirle al señor Díazgranados Velásquez sus derechos, -por ahora-, mientras se surten los efectos colaterales de toda decisión de esta naturaleza sobre la cual los interesados interpondrán los correspondientes recursos establecidos y es por ello que la contralora Sandra Morelli Rico dijo que interpondrá el recurso de apelación ante el superior jerárquico del Juez en comento, aduciendo además que paralelamente pedirá el cambio de radicación del proceso, porque, según su parecer, es más sano que la decisión se acoja lejos del ambiente donde hay tanta polémica en torno a este caso, por cuanto, y de eso somos conscientes todos y sin un ápice de duda, las ambiciones del poder político local pueden terminar influyendo en las decisiones de la justicia.

Como era de esperarse, el cotarro jurídico se encuentra alborotado y atomizado frente a cuál deberá ser el proceder de los interesados en este caso, por cuanto, -y esta es la tesis de mayor aceptación-, sería preferible y deseable que el fallo no sea impugnado y así este, -el fallo-, vaya de inmediato a la revisión de la Honorable Corte Constitucional, puesto que allí la situación es a otro precio y ya hay antecedentes de otros casos, como el del ex gobernador del Valle del Cauca, Juan Carlos Abadía, que se desplomó sin siquiera aguantar una mirada jurídica.

Sobre la mesa están echadas la cartas y se está dando la polémica por saber y conocer quién será, en resumidas cuentas y a ojos de la Ley, la persona que asumirá las riendas del departamento del Magdalena, ya que esto no es un asunto de menor cuantía y está revestido de una importancia absoluta, tanto en lo político como en lo económico y en lo social, sobre todo si tenemos en cuenta que una máxima electoral expresa de manera certera que quien tenga la gobernación tiene ventaja política y esa posición, por estas calendas y tropicales tierras, si que funciona y de que manera.

Sin embargo, sobra decir que aquí no debe valer ese eufemismo de que el derecho a ser elegido ni nada de esos mecanismos por los que en ocasiones se transita jurídicamente en nuestro país, sino, y es lo que debe prevalecer, aquello de que quien ha sido indelicado con el manejo de los dineros estatales y aprovechándose de ello generó dividendos políticos, deberá ser sancionado y con toda la fuerza de la ley, razón por la cual es menester e imperativo que sea la justicia la que dé su veredicto final y así nuestro departamento pueda salir de ese laberinto social en que lo han mantenido sumido los representantes de las castas políticas que lo han gobernado como una chichería y se han enriquecido a costa de él.

Por último, y sin querer ser defensor de nadie, quien además no lo necesita, dada sus impolutas y fúlgidas condiciones de coterráneo intachable, da gusto leer los planteamientos esbozados por el general (r) Manuel José Bonnet Locarno en la entrevista concedida a María Isabel Rueda en el diario El Tiempo, en donde plasma cómo tenía planeada la reconstrucción del departamento frente a esta avasalladora ola invernal y en pocos días había logrado lo que otros ni siquiera han pensado, demostrando con esto que nuestra tierra necesita de un hombre como él, sin ambiciones políticas y con deseos de servir y no un maromero político.

Pero, en fin, los pueblos se merecen a sus gobernantes y, por ahora, habremos de aceptar la realidad, aunque incubando en nuestros corazones que brille la antorcha de la justicia y podamos, como el general, recomponer la marcha y reconstruir lo que la naturaleza se ha llevado, obviamente, con la ayuda del hombre, porque no todo ahora es responsabilidad de la madre natura. Amanecerá y veremos.