Los colombianos entienden que la Reforma Tributaria, aunque no le guste a uno pocos, es necesaria para aliviar la situación social el país, que como sucede con el mundo entero, se ha visto afectado por la pandemia de la Covid-19
El presidente Duque, reafirmó su voluntad de aprobar una reforma tributaria y se negó a retirarla de su debate en el Congreso, a pesar de las personas que salieron a las calles oponiéndose a que se apruebe esta ley, quedando demostrado un vez más que los que marchan son vándalos y desadaptados que marcharon para acabar con los bienes de las ciudadanos, que han luchado por mantenerlos, como fruto de esfuerzo y sustento familiar.
Hablar de un retiro, cuando se tiene la posibilidad de la modificación total en el Congreso sería un mensaje que en estos momentos podría generar no solamente una gran incertidumbre financiera y económica sino que trae efectos negativos para toda la sociedad colombiana. La reforma está abierta a modificaciones y a al consenso en el marco de las instituciones y con los partidos que hay en el Congreso, además de aceptar propuestas del sector privado; habrá posibles reuniones con sindicatos y organizaciones sociales, que fueron quienes convocaron la marcha nefasta nacional, que lo único que logró fue el vandalismo y el atropello sobre los ciudadanos de bien y su propiedad privada.
Lo que se ha buscado es que se abra una discusión democrática, deliberativa, constructiva en el seno de las instituciones; el Gobierno necesita cerrar el hueco que ha creado la pandemia en las arcas del Estado, y con la reforma tributaria espera recaudar 25 billones de pesos.
La subida de impuestos a productos básicos de la canasta familiar o el progresivo aumento del impuesto a la renta a quienes ingresan 2,4 millones de pesos mensuales, puede afectar a la clase media y baja, que han sido las más golpeadas económicamente por la pandemia; sin embargo, en la discusión que se lleva a cabo en el Congreso habrá consenso sobre lo social.
Como siempre las manifestaciones acabaron con altercados y enfrentamientos con la Policía hacia el final de la jornada, sobre todo en la ciudad de Cali, donde se registró el mayor número de incidentes desde primera hora de la mañana y una persona fue asesinada en Cali y otro joven falleció en Neiva, capital del departamento de Huila, de un supuesto ataque epiléptico, cuando participaba en la manifestación y además, hubo 44 policías heridos, sin proporcionar cifras de lesiones a la población civil,
