La Universidad del Magdalena capacitó a un grupo de pescadores de este corregimiento que trabajará en el cultivo, cuidado y conservación.
En su compromiso por el uso sostenible de los recursos marinos en el Caribe, investigadores de la Universidad del Magdalena y pescadores llevaron a cabo la instalación de la primera jaula marina flotante en la playa de Taganga, que servirá para el cultivo y reproducción de peces róbalos (Centropomus undecimalis).
Fue por medio del curso ofrecido por la Alma Mater “Diseño, cálculo, construcción e instalación de Jaula Marina” dirigido a un grupo de pescadores de la asociación de pescadores de ese corregimiento Aspostag, que se logró fabricar esta jaula, una estructura de 10 metros cúbicos instalada en aguas de la concesión marina que tiene la Institución a 500 metros de la playa y en la que se podrán criar entre 60 y 70 peces de róbalo, reportado en el libro rojo de peces marinos de Colombia como una de las especies más vulneradas por su pesca excesiva y sin regulación.
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“Nuestra misión como institución es garantizar la conservación de los recursos marinos, lo que pretendemos es evaluar la viabilidad reproductiva de juveniles róbalos feminizados en condiciones de cautiverio utilizando la biotecnología. Esto generaría una alternativa de pesca, más sostenible con el medio ambiente”, indicó la ingeniera magister Saeko Gaitán Ibarra, directora del proyecto de investigación y docente de planta del Programa de Ingeniería Pesquera de la Institución.
Esta jaula cuadrada, creada con tubos de polietileno de alta densidad, mallas y redes para piscicultura, será monitoreada por los pescadores con el acompañamiento de los investigadores de la Planta Piloto Pesquera de Taganga, quienes alimentarán con desechos de pescado a los animales y evaluarán el crecimiento de los peces, algo que brindará a los pobladores un conocimiento de acuicultura en el cuidado de esta especie.
Además de servir como criadero de peces y crustáceos, este proyecto permitirá el desarrollo de estudios sobre la eficiencia reproductiva y aspectos nutricionales o fisiológicos del róbalo bajo condiciones ecológicamente sostenibles.
“Es un proyecto piloto, único en el país, donde como Universidad trabajamos con la comunidad pesquera y damos este resultado: un aporte importante para la comunidad científica”, manifestó el ingeniero pesquero magister Harley Zúñiga Clavijo, docente del Programa de Ingeniería Pesquera y uno de los tutores del curso impartido hacia los pescadores.
El trabajo articulador entre biólogos, oceanógrafos, ingenieros pesqueros, acuicultores y pescadores se dio a través del proyecto de investigación “Implementación de sistemas productivos en la piscicultura marina del róbalo de cultivo para el fomento de su producción en el departamento del Magdalena”, financiado por el Sistema General de Regalías – SGR, apoyado por la Vicerrectoría de Investigación y ejecutado por el Grupo en Biodiversidad y Ecología Aplicada - GIBEA adscrito a la Facultad de Ingeniería de esta Casa de Estudios Superiores.
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Una alternativa de pesca que consiste en no extraer y producir más peces
Para el grupo de pescadores participantes de este proyecto, ha sido de gran beneficio adquirir el conocimiento relacionado a otras alternativas que se utilizan en la práctica pesquera. Asimismo, tener conciencia de no seguir explotando el recurso marino.
Pedro Daniels Mattos, pescador y socio de la corporación Chinchorreros de Taganga, mencionó que frente a las crisis que vive el sector, este es un proyecto que a futuro fortalecerá la industria pesquera. “Tenemos práctica, pero sabemos que el conocimiento teórico es importante para nosotros, esta jaula nos va brindar una mejor viabilidad en nuestro trabajo”, dijo.
Wilman Mattos, otro de los pescadores que participó en el curso, destacó que “desconocía lo aprendido con los profesores, este es un aprendizaje valioso para conservar, valorar la naturaleza y apreciar nuestro sustento”.
Estas jaulas flotantes son conocidas en acuicultura como estructuras que se colocan dentro del océano, donde los acuicultores “siembran” peces pequeños conocidos como juveniles dentro de estas jaulas, y con alimentarlos constantemente, logran el proceso de crecimiento para distribuirlos en el mercado, lo cual permite al acuicultor ahorrar en gastos de producción.
A nivel mundial, el cultivo de peces casi ha sustituido por completo a las capturas pesqueras, contribuyendo a la seguridad alimentaria y a la producción sostenible.
Este proyecto está alineado con el propósito institucional que lidera el Rector Pablo Vera Salazar, de proteger nuestros mares, transferir y apropiar el conocimiento hacia las comunidades a partir de la investigación y la innovación ambiental en beneficio de la sociedad.