Arte en Santa Marta: los murales de la Normal Superior María Auxiliadora

Esos murales multicolores constituyen un regalo para la ciudad de parte de la directora de la Normal, Sor Mónica Tausa.

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En la iniciativa participaron el muralista Fernando Juvinco y las corporaciones Samarios Sí Podemos y Pro Santa Marta Vital, quienes hicieron parte del equipo de voluntariado.

Quienes transitaron los sábados 19 y 26 de marzo por las carreras 11 y 12 con calles 8ª y 9ª en las inmediaciones de la plaza de mercado de Santa Marta, dentro del sector de Pescaito, se encontraron con el espectáculo de hábitos y jeans subidos en andamios, pintando los muros de la Normal Superior María Auxiliadora.

Esos murales multicolores de todas las tonalidades de verde y rojo que representan diferentes tipos de hojas, tallos, troncos, tierra y multitud de flores diversas y alegres, constituyen un regalo para la ciudad de parte de la directora de la Normal, Sor Mónica Tausa, sus profesoras y sus  talentosas exalumnas.

Con la realización de este proyecto muralista, la Normal Superior María Auxiliadora se une a la iniciativa ‘Somos Una Escuela Laudato, comprometida con la ecología integral y la protección del medio ambiente’.

Después de la pintura de los murales viene el reto no solo de conservarlos en buen estado durante su vida útil, sino de mantener libre de basuras de todo tipo.


En la iniciativa, participó activamente el muralista Fernando Juvinco y a una de las jornadas se unieron las corporaciones Samarios Sí Podemos, su directora ejecutiva Alma Clara García junto con la maestra Teresita Lleras y Pro Santa Marta Vital con parte de su equipo de voluntariado.  

Después de la pintura de hermosos murales, viene el reto no solo de conservarlos en buen estado durante su vida útil, sino de mantener libre de basuras de todo tipo, de escombros de construcción y de desechos corporales humanos y animales, los muros robustecidos con porcelanato no por el Municipio,  no como resultado de una obra pública sino por la Normal,  y  de proteger los sardineles adoquinados y mantenidos también exclusivamente por la institución. 

Todo esto, también es un regalo para la ciudad. 

La idea que subyace tiene que ver con una conciencia colectiva que progresivamente genere un cambio cultural de pertenencia personal, familiar o comercial.


La pintura de los murales y el embellecimiento general y cuidado del lugar por parte de las religiosas que dirigen la Normal María Auxiliadora, no parece ser visto ni reconocido por quienes consideran el paso peatonal adoquinado de la carrera 11 entre las calles 8ª y 9ª,  como un lugar para el arreglo y pintura de cualquier clase de elementos y electrodomésticos, así como lugar de trabajo en oficios varios de carpintería, llantería, ebanistería, ferretería,  además de utilizarlo como parqueadero para sus motos  y como depósito de basuras y de escombros. 

Las 1.500 alumnas que tiene actualmente la Normal deben ingresar a su institución sorteando la invasión del espacio público y la montaña de basura que amanece diariamente a sus puertas y que va aumentando tristemente durante el día con restos de frutas y verduras en descomposición proveniente de la plaza de mercado aledaña, sin que nadie se duela de eso. La empresa de aseo hace su labor en los días programados pero eso no soluciona el problema, sino que estabiliza la situación por cuanto la esquina de la carrera 11 parece estar institucionalizada como un vertedero y recogedero de basura de la ciudad.

La sensibilización de los vecinos es de mucha importancia y por ello el jueves 30 de marzo, se realizó una jornada de ese tipo con los vecinos más cercanos, en la que participó tanto la Directora como algunas profesoras y alumnas de la institución, la corporación Samarios Sí Podemos, Interaseo y Atesa. “Fuimos escuchados con atención por parte de unos pocos, con indiferencia por otros, con desconfianza e incredulidad por los de más allá, pero todos se mostraron sorprendidos  frente a un grupo de niñas que competían entre sí, para explicarles qué clase de residuos correspondían a los colores negro, rojo, blanco, verde y blanco de las canecas y que casi en coro, los instruyeron en la forma de hacer compostaje con sus residuos orgánicos”, expresó Alma Clara García. 

Pero esto es sólo el principio  

La idea que subyace tiene que ver con una conciencia colectiva que progresivamente genere un cambio cultural de pertenencia personal, familiar o comercial a un territorio específico, que necesita del cuidado de todos y esto no ocurre de un día para otro. 

“El asunto es complejo porque se trata de una comunidad en cierta forma ajena al lugar, porque no es residente sino que ejerce su oficio o actividad comercial allí”, reseñó una de las líderes de la actividad.


Se requerirá mucho trabajo, constancia, recursos, tiempo, empatía, actividades colectivas, participación y convencimiento, para que los programas permanentes de educación que se piensa implementar hasta ahora con la Normal y con Samarios Sí Podemos y en un futuro con otras organizaciones, conduzcan hacia el cambio de mentalidad.

El asunto es complejo porque se trata de una comunidad en cierta forma ajena al lugar, porque no es residente sino que ejerce su oficio o actividad comercial allí. Esa comunidad debe apropiarse del lugar y valorar y ejercer el cuidado de unos bienes de naturaleza privada que se han convertido en bienes públicos que con el tiempo puede llegar a ser un emblema de la ciudad  y por qué no, parte de la ruta turística de los murales de Santa Marta. 

EL DATO: Cabe mencionar que, en este 2023 se cumplen 70 años de presencia de las Hermanas Salesianas en la Normal María Auxiliadora, quienes traen a colación que uno de los principios educativos salesianos es la pedagogía del ambiente, la limpieza y belleza de los espacios, es una forma de reconocer la dignidad de toda persona, y por tanto educa




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