Prisiones de pandora

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Escrito por:

Fuad Chacón Tapias

Fuad Chacón Tapias

Columna: Opinión

e-mail: fuad.chacon@hotmail.com



Hace unas cuantas semanas nuestros honorables representantes, en uno más de sus tan comunes y elocuentes actos de sapiencia legislativa, hundieron el proyecto de ley que buscaba aumentar las sanciones para los conductores borrachos. Hasta ahí todo normal, no es la primera vez que los padres de la patria sepultan una iniciativa que podría serle útil al país, pero lo que realmente se salió del molde fue la excusa que varios argumentaron para haberlo hecho y esa es la parte importante de todo esto.

Según palabras de varios congresistas, fue el mismísimo Consejo de Política Criminal del Ministerio de Justicia quien les pidió que lo hicieran, pues supuestamente el hacinamiento carcelario se desbordaría con los nuevos reclusos que ingresarían a los planteles. Sugerencias reiteradas ahora que la propuesta busca una segunda, y esperemos que por fin exitosa, oportunidad en el Capitolio Nacional.

En conclusión, el susodicho Consejo de Política Criminal prefiere tener sueltos por la calle a un sinnúmero de potenciales asesinos motorizados (Sí, "asesinos", eso no tiene otro nombre) a cambio de unos cuantos centímetros cúbicos extras de espacio en las cárceles. Sin lugar a dudas, una perturbadora forma de sopesar prioridades. Tantas muertes de inocentes peatones echadas al traste, tantas vidas perdidas y ni una lección aprendida.

Ahora el Ministerio de Justicia nos sorprende con un proyecto de Código Penitenciario y Carcelario que pretende implementar cuatro nuevos regímenes, entre ellos el "abierto" donde aquellos condenados por hurto, evasión de impuestos, conducción en estado de embriaguez con víctimas mortales y, en general, todo aquel que esté pagando una pena inferior a 10 años, sin antecedentes penales, sólo tenga que ir a dormir a la cárcel entre semana. Con todo respeto a los eruditos del Ministerio de Justicia, pero ¿En qué estaban pensando?

El hacinamiento carcelario es un problema, cierto. No cabe un preso más, cierto ¿Pero en verdad creen que la panacea a esta vorágine es abrir de par en par las puertas de las prisiones para que, en horarios de oficina, retornen a la sociedad delincuentes que han cometido incluso delitos agravados? No podemos ser tan inocentes para creer que como mansos borregos volverán a sus celdas antes de que se ponga el sol como si estuviéramos hablando de Cenicientas.

Sería una aberración jurídica escudarnos tras la resocialización de los victimarios para esconder la displicencia de nuestro sistema penitenciario. La falta de espacio en las cárceles se soluciona construyendo más instalaciones, no volviéndolas hoteles de veraneo para sus reclusos.

Respetados Senadores, si algún día van a leer un proyecto de ley, por favor que sea este, en sus manos está impedir el destape de estas modernas cajas de Pandora.

Obiter Dicta: 1. El cáncer del Presidente puede ser una amenaza menor, pero si la cosa hubiese sido peor nuestro Angelino convaleciente no estaría en capacidad de tomar las riendas ¿Cuántos diagnósticos necesitamos para tener nuevo vicepresidente? 2. ¿Qué vamos a hacer con los $6'500.000 tarjetones que sobraron el domingo? Yo propongo un asado en la Registraduría porque técnicamente no sirven para más.