Un inexplicable sinsentido

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Escrito por:

Fuad Chacón Tapias

Fuad Chacón Tapias

Columna: Opinión

e-mail: fuad.chacon@hotmail.com



Los primeros indicios con los que comencé a construir la sombra de una sospecha los percibí a bordo del sistema métrico de la ciudad donde, con ánimo meramente científico, empecé a chismosear durante mis trayectos cotidianos los títulos de los libros que leían sus pasajeros como un ejercicio rigurosamente académico que pretendía tomarle el pulso callejero a la literatura. Con inquietante regularidad empecé a notar un patrón que inmediatamente llamó mi atención: “El Hombre en Busca de Sentido”, la famosa novela del psicólogo Viktor Frankl que narra su experiencia en un campo de concentración nazi, se repetía una y otra vez. Intrigado, decidí profundizar en la influencia de este libro y lo que encontré me dejó atónito.

Actualmente, en la red de bibliotecas públicas de la Comunidad de Madrid (lo que en nuestra división administrativa criolla vendría siendo un departamento ligeramente más grande que Caldas con siete millones de habitantes) existen 251 ejemplares de este clásico divididos en siete ediciones, de los cuales sólo 132 están disponibles para préstamo inmediato, pues los restantes 119 ya están alquilados con fecha de devolución hasta mediados de mayo. Esto con suerte, ya que varios de ellos, particularmente los ubicados en Madrid capital, tienen una y hasta dos reservas apuntadas desde ya en fila de espera.

Que casi 80 años después de su publicación, un texto originalmente escrito en otra lengua distinta al español tenga un nivel de ocupación cercano al 50% es a todas luces un inexplicable sinsentido. Perplejidad que aumenta si vemos que la tendencia se mantiene constante tanto en el formato de audiolibro, donde el próximo ejemplar de tres horas de duración sólo estará disponible para su escucha a partir de finales de mayo; como en el mercado de venta privada, donde no sólo acumula 4,7 estrellas en Amazon sobrepasando las 9.000 opiniones, sino que también lleva más de dos años (122 semanas, para ser exactos) dentro del ranking de bestsellers en la categoría de no ficción que compila “El Cultural”, prestigioso semanario artístico local.

Por muchas vueltas que le dé, continúa siendo todo un enigma editorial el por qué “El Hombre en Busca de Sentido” conserva una fuerza tan superlativa entre los lectores españoles. Tal vez pueda deberse a sus evidentes rasgos de literatura de autoayuda, tan socorrida en los tiempos trémulos que atraviesa Europa, o a su concisión, que con menos de 200 páginas lo deja en un ameno medio camino entre el cuento largo y la novela corta.
Lo que sí es claro es que su inmensa popularidad nos deja tremendamente mal parados a todos aquellos quienes, tras leerlo, concluimos en su momento que el hype creado a su alrededor no era para tanto y que, si sobre letras del Holocausto se trata, hay títulos absolutamente superiores, como la “Trilogía de Auschwitz” de Primo Levi (“Si Esto es un Hombre”, “La Tregua” y “Los Hundidos y los Salvados”), la “Trilogía de la Noche” (“La Noche”, “El Alba” y “El Día”) de Elie Wiesel e, incluso, el atemporal “Diario” de Ana Frank. Todos dolorosos testimonios infinitamente más recomendables.