Urgente: Educación alimentaria y nutricional

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Escrito por:

Hernando Pacific Gnecco

Hernando Pacific Gnecco

Columna: Coloquios y Apostillas

e-mail: hernando_pacific@hotmail.com



Shokuiki, así le llaman en Japón, uno de los países del mundo con los mejores indicadores nutricionales; solo un 3% de su población es obesa (IMC ≥ 30) frente a un 33% de estadounidenses, el país más obeso del planeta, ¡11 veces más! La Unicef estima en 39 millones la cantidad de niños obesos menores de 5 años en el mundo; en América Latina y el Caribe, los guarismos arrojan un 30% de niños obesos y, en menores de 5 años, 7,5%, un 2% por encima del promedio mundial. Colombia también supera ese cociente; acá el asunto se agrava: solo el 31% de nuestros niños tiene hábitos saludables. La buena nutrición comienza muchos años antes del embarazo, con los buenos hábitos alimentarios maternos.

Japón le concede importancia suma a la alimentación escolar y a la educación alimentaria y nutricional; precisamente, shokuiki significa eso. El modelo de alimentación escolar en ese país es ejemplar. ¿Cómo funciona? El almuerzo escolar es prioritario; la educación nutricional inicia en cuanto el infante ingresa a la escuela. Los nipones entienden que el mejor tratamiento de las enfermedades crónicas no transmisibles (hipertensión arterial, diabetes tipo II, obesidad o dislipidemia) es la prevención y la detección temprana. Por ello enseñan a los niños la importancia de una adecuada nutrición; el impacto económico es enorme en términos de reducción del costo en salud.

Durante el almuerzo, los niños solo tienen el tiempo necesario para sentarse y comer; parte de la educación consiste en rotar los roles: unos sirven, otros comen y los demás recogen los platos. Los almuerzos escolares incluyen una sopa, arroz (de fuerte arraigo cultural) y un plato principal. Un menú estándar suele incluir sopa de miso, pescado, arroz, leche y cerdo frito con verduras; una variante puede constituirse con sopa wakame miso, arroz, pollo, ensalada de verduras, leche y mandarina. En Colombia la alimentación escolar maltrata a los niños y sirve de filón para los corruptos; poco les importa el futuro de nuestros niños. Japón cuida a sus niños desde la más tierna infancia. El resultado es tener la expectativa de vida más alta del mundo y una baja tasa de enfermedades no transmisibles.

El asunto va más lejos; España busca proteger la calidad de la alimentación escolar. Las asociaciones de padres de familia solicitaron a los ministerios de educación y sanidad prohibir el consumo de panga (basa) y tilapia en los comedores escolares por posible contaminación con desechos tóxicos del rio Mekong; nuestras autoridades sanitarias deberían examinar este asunto. Por cierto, el atún enlatado con niveles de mercurio superior al permitido podría afectar el desarrollo neurológico de los niños, principalmente.

Francia mantiene tasas de obesidad bajas (16%) en relación con los países de su entorno: 24% España y 42% Italia; no obstante, la dieta mediterránea se asocia a un descenso en la morbimortalidad por enfermedades cardiovasculares, igual que la dieta japonesa. ¿Por qué los japoneses y los franceses se mantienen delgados? Hay similitudes y diferencias nutricionales. Ambos países tienen mucha variedad de alimentos; en Japón, se usa el método hara hachi bu: comer hasta cuando empiezan a saciarse, evitando atracones y pesadez. Consumen alimentos de fácil digestión, basándose en el ying y el yang, armonía y equilibrio, hacen ejercicio y practican la meditación y el yoga. Como todo el Mediterráneo, en Francia, hacen culto a la comida. Nada de comidas rápidas, pocos ultraprocesados y porciones reducidas, se toman su tiempo para comer, disfrutan y charlan; prefieren caminar o andar en bicicleta. El vino nunca falta, los alimentos locales son frescos, bien combinados y preparados; las máquinas expendedoras en estos países poca comida chatarras ofrecen.

¿Qué ejemplos adoptar? Los hogares deberían reducir los azúcares añadidos, consumir agua en vez de gaseosas, evitar alimentos ultraprocesados, promover la ingesta de vegetales, comer alimentos naturales y frescos, estimular el ejercicio y reducir los tiempos de pantallas. Las escuelas han de complementar con comidas sanas y educación alimentaria. Como en Japón.