Presidente radical, sectario y chavista

Editorial
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En múltiples ocasiones hemos puesto de relieve las características negativas que acompañan al presidente Petro las cuales están causando un daño irreparable a Colombia; a partir del hundimiento de la Reforma a la Salud ha sacado a relucir con mayor vigor su idea de concretar con hechos la política chavista con el único propósito de hacer de Colombia otra Venezuela.

Había dicho él y sus ministros de Salud, Carolina Corcho y últimamente Guillermo Jaramillo, de que asfixiarían las EPS para de esa manera mostrar la necesidad de acabar con nuestro modelo de salud, respetado en el mundo por su eficacia y por la cobertura total de los colombianos.

Le cuesta trabajo disimular su odio por las Instituciones, por el empresariado y por la Fuerza Pública. Para él nuestra Carta Magna es un “chiffon de papier” dado que piensa no tenerla en cuenta para efectos de su constituyente y todos los cambios los hará por decreto y la Policía la acomoda a su servicio cambiándole su misión, su fisonomía y su filosofía.

Por eso nombró a un petrista como director y está cumpliendo a cabalidad lo que el presidente necesita. Esas declaraciones de Petro contra la Policía las ha reprobado todo el país con la salvedad del general Salamanca quién parece que no las oyó y estaba a su lado; pero, su silencio es garantía de la continuidad en el cargo.

Su Ejército no es el de tierra, mar y aire; es decir, nuestras Fuerzas Militares como están instituidas en nuestra Carta Magna, sino su brazo armado son las disidencias de “Mordisco” e “Iván Márquez” y el Eln. Esas guerrillas se pronunciaron a favor del gobierno y de la Constituyente que se propone; por eso mismo, el proceso de paz y el tratamiento laxo con esos forajidos y sus manifestaciones de pesar con motivo de las bajas que nuestros soldados les han producido en los combates.

Además, a los indígenas les ha dado ingentes apoyos financieros para que se organicen como milicias y en igual forma a los movimientos campesinos para el mismo propósito. Esa es la cartilla chavista la cual está copiando en forma integral; Chávez los utilizaba también para la invasión y expropiación de fincas.

El jefe de Estado igualmente le enfiló baterías a la Federación de Cafeteros. Se quedó con las ganas de poner su ficha al frente de este organismo y está empeñado en dividirlos y tratar de disponer de sus fondos habida cuenta de que su deseo es tener por todos lados disponibilidad de dinero a como dé lugar.

Lo anterior con el objeto de repartirlo comprando la gente para que lo apoyen en su mandato, voten por su movimiento y pueda continuar en el poder; pero es una empresa privada con la que no tiene injerencia directa; por tanto, se le dificultará materializar su intención.

En las actuales circunstancias el presidente se encuentra dedicado no a resolver los problemas sino a ahondarlos y no duda en hacer lo que está haciendo, esto es su campaña para su reelección. Ese es su plan y sobre ello no nos cabe la menor duda ya que los hechos son muy dicientes y lo estamos corroborando todos los días.

Como buen dictador no acepta críticas, le fastidian, le molestan y las rechaza en forma vehemente. Los ministros que sobresalieron en su gabinete por sus logros, sensatez, conocimiento de su cartera y que con personalidad le mostraron sus errores, obviamente están por fuera.

Felizmente lo conocieron en el ejercicio del poder y ahora con total independencia cuentan quién es el presidente y a que se debe el fracaso rotundo de su gobierno. No cree sino en el mismo y su egolatría es fuera de lo normal, ya que se trata de un narcisismo patológico.

El gran problema es que el país va hacia el abismo chavista a pasos acelerados; en consecuencia, como es normal en estos gobiernos populistas y leninistas, estamos retrocediendo en todos los ámbitos.

Guardamos optimismo en que a las reformas pensional y laboral les suceda en el Senado lo mismo que a la de la salud y que los decretos que está sacando respecto al manejo de las EPS la Corte Constitucional los declare nulos pues son injustos, abusivos e ilegales; aquí ha habido realmente una expropiación sin fundamento jurídico.

Hay que acompañar la marcha del 21 de abril contra el sátrapa presidente. Defendamos nuestra democracia, nuestro estado de Derecho, nuestras instituciones. Rechazamos enérgicamente la imposición de medidas políticas, económicas y sociales, todas ellas arbitrarias que nos están hundiendo de modo categórico.

No más señor Petro. La Colombia de bien no está con usted, sino por el contrario, totalmente en su contra y al lado de las instituciones.



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