A 100 días y más

Editorial
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Después de la tímida celebración de los primeros 100 días de gobierno del presidente Petro, hay varias enseñanzas que deja este lapsus de tiempo, en el cual se vieron desde marchas en pro y en contra del gobierno, pupitrazos en las sesiones del Congreso de la República para aprobar lo que han hecho, hasta índices de popularidad preocupantes, que son los que reflejan la verdad.

Una verdad de a puño fue la expresada por el ex presidente Álvaro Uribe Vélez, quien bien afirmó que el presidente Petro ha sido coherente y ha cumplido con lo propuesto en campaña, lo que indudablemente deja el país en riesgo de decrecimiento económico, social y educativo.

Petro cumplió cien días en el cargo, periodo en el que logró la gobernabilidad necesaria para sacar adelante asuntos cruciales como la reforma tributaria, restablecer las relaciones con Venezuela y avanzar en su proyecto de "paz total", pero aún no ha podido hacer que su Gobierno funcione como equipo, lo que ha sido lo más relevante de la situación, porque eso también se traduce en desorden para la Nación.

Petro ha vivido su luna de miel con el poder ya que consiguió atraer para su agenda legislativa a casi todos los partidos que no lo apoyaron en las elecciones, incluidos los tradicionales como el Liberal y Conservador, y así conformar una sólida mayoría en el Congreso, siendo el partido Centro Democrático el primero en declararse en oposición  y después Cambio Radical, que tomó la misma posición e hizo su trabajo justamente en las sesiones plenarias en donde se debatía la Reforma Tributaria, que al final terminó siendo aprobada a pupitrazo limpio, algo que siempre habían criticados, los ahora partidos amigos del gobierno , o sea, los llamados partidos de gobierno.
En los primeros cien días de Petro en la Presidencia ha habido, para ellos, dos grandes logros como la reforma tributaria y la reconstrucción de las relaciones con Venezuela. El primero hacía parte de los objetivos que se habían trazado en el Gobierno y es clave para tener los recursos suficientes para empezar a implementar las reformas sociales en las que están pensando; en cuanto al segundo, al restablecimiento de las relaciones con Venezuela, solo se limitó a la reapertura y paso de los vehículos de la frontera común, cerrada desde agosto de 2015 por orden de Maduro. Faltan muchos asuntos por resolver entre ambos países y lo más importante para el empresariado colombiano, es cómo les van a cancelar  las millonarias deudas, impagadas durante más de seis años.
Petro tiene claro que, más allá de afinidades ideológicas, Colombia necesita una relación normal con Venezuela para su proyecto de "paz total" que tiene como punto de partida la reanudación de negociaciones con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional, Eln, para las cuales el apoyo del país caribeño puede ser tan decisivo como lo fue en los diálogos con las Farc, aunque ya eligió a Cuba como país anfitrión y mediador.

También en el ámbito internacional, Petro ha buscado en sus primeros cien días un liderazgo latinoamericano en materia ambiental para enfrentar la crisis climática mundial, lo que en su opinión obliga al país a mitigar; es decir, dejar de emitir CO2, para lo cual hay que separarse en corto tiempo del petróleo y el carbón. La posibilidad de que Colombia ponga fecha de caducidad a la exploración y explotación de crudo, que es el mayor generador de divisas para el país, causa controversia por el impacto negativo que una medida de ese calibre tendría en las cuentas externas. En ese contexto, y con las dificultades económicas que se asoman en el horizonte, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, ha tenido que salir a calmar a los mercados financieros espantados por declaraciones de otros miembros del gabinete, como su colega de Minas, Irene Vélez, y el propio Petro, sobre el posible fin de los combustibles fósiles en el país.

Algo similar ocurre con la ministra de Salud, Carolina Corcho, y su plan de reformar el sistema de salud que, si bien tiene fallas, está muy lejos de ser uno de los peores del mundo, como lo catalogó recientemente Petro, lo que le ocasionó una lluvia de críticas de diferentes sectores nacionales e internacionales; este último ha reconocido que Colombia tuvo un excelente manejo durante la Pandemia y su sistema de salud es uno de los más sólidos de Latinoamérica.

El pan de cada día de los colombianos son las salidas en falso de sus ministros, forma en que están gastando capital político tan rápidamente, exponiendo al ojo público las discusiones que tienen al interior del Gobierno desgastándose  tremendamente; es un Gobierno que tiene muchas y muy grandes ideas pero que tiene casi que un desprecio o una despreocupación por la forma en la que esas grandes ideas se convierten en política pública.

Para ser un presidente que llegó con expectativas y esperanzas de cambio, la opinión pública lo rajo; solo 49,7 % de los colombianos aprueba la gestión de Petro en sus primeros cien días y un 42,7 % la desaprueba, resultado que refleja la división que persiste en el país sobre el primer Gobierno de izquierda. Más claro no se puede explicar.