Verdad falseada de la Comisión de la Verdad

Editorial
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Para pertenecer en Colombia a la Comisión de la Verdad que preside el Padre Francisco De Roux, el requisito indispensable es ser marxista, proclive de los grupos subversivos y afecto a esa ideología totalitaria; por consiguiente, quién tenga esas características ideológicas goza de luz verde, así no sea la persona más idónea desde el punto de vista intelectual, ético y moral.

Un ex magistrado como Nilson Pinilla con las más altas calidades morales, con trayectoria profesional impecable y respetable, con conocimientos amplios en materia jurídica fue postulado y lógicamente ni siquiera examinaron su hoja de vida, toda vez que no era cercano en el campo de las ideas al presbítero De Roux y a sus comisionados.

Como es posible y es algo inadmisible que el sacerdote De Roux se atreva a afirmar sin ambages de que la guerrilla de las Farc no tenía secuestrados a los soldados y policías, sino que estaban pagando cárcel.
Es el desconocimiento de la realidad normativa y jurisdiccional; por eso mismo, expresa igualmente su admiración y aprecio por el heleno ‘Pablo Beltrán’. Cabe agregar que los curas de la liberación españoles y Camilo Torres fueron forajidos del Eln.
Sin duda estas aseveraciones son una burla a la sociedad, una falta de consideración con los colombianos, habida cuenta de que la mayoría de ciudadanos de bien que aún predominan sí saben bien quiénes son los malhechores dedicados a masacrar la gente, a secuestrar niños y a violarlos y que se han sostenido con dineros mal habidos fruto del narcotráfico.

Consecuentemente sus compañeros de trabajo, comisionados como la doctora Lucrecia González hacen ver sin sonrojarse de que sintieron gozo con la liberación de ‘Jesús Santrich’ por cuanto él aportaba alegría y sabiduría. Entonces siendo así las cosas no podemos pretender que las conclusiones de la Comisión que entregue al final de su tarea puedan ser objetivas y verídicas dado que solamente contará la verdad que les conviene a los farianos y helenos y sus apreciaciones no cabe duda de que serán sesgadas y contra el Ejército.

Es importante y conveniente advertir que los leninistas siempre por el hecho de que esa es su doctrina tienen en mente acabar con los hombres armados al servicio de la Republica. Su posición es clara: “golpear al Ejército y desprestigiarlo con miras a tomarnos la sociedad pues ellos son sus defensores”. Además, en el caso nuestro desde hace más de 25 años, es decir, desde que empezaron a conocerse las encuestas, la Institución más popular, más querida y más respetada es el Ejército.
Hoy por hoy a pesar de los falsos positivos continúa el Ejército como la Institución a la cual más respaldan los colombianos. Todo ello se debe a que el Estado llega o tiene presencia hasta en las zonas más recónditas y lejanas únicamente con el Ejército Nacional; los soldados de tierra, mar y aire cubren todo el territorio.

En días pasados el religioso De Roux y dos comisionados, preferencialmente Lucrecia González a quién ya hemos hecho referencia quisieron en un diálogo o charla hacerle una encerrona al ex presidente Uribe, pero, como se dice coloquialmente, ‘fueron por lana y salieron trasquilados’, y ‘les salió el tiro por la culata’.

Uribe como acostumbra siendo respetuoso con el prelado fue claro, transparente, contundente y puso los puntos sobre las íes. Sobre todo, que la Comisión buscaba que él dijera como lo dijeron los ex presidentes Santos y Samper de que los falsos positivos eran una política de gobierno. Según Santos se había aplicado la doctrina Vietnam consistente en contar bajas lo cual es absolutamente falso; puesto que evidentemente fallaron unas unidades humanas, pero no el Ejército y el gobierno por el contrario les daba más relevancia a las desmovilizaciones que a las bajas.

Las Farc, Santos y Samper comulgan y están totalmente en consonancia con la posición del jesuita De Roux, al fin y al cabo son los mismos con las mismas; por lo menos en cuestión de pocos días oiremos al ex presidente Pastrana quién tendrá una posición antifarc y su intervención obedecerá a aquello que a él le consta, sin pensar en darle gusto al clérigo De Roux.

Hay que anotar que la Comisión de la Verdad no tiene legitimidad porque parte de un acto que se negó en el plebiscito. Se aprobó por medio de la figura enmermelada del ‘fast track’; en consecuencia, se tergiversará en forma general, se mostrará otra realidad histórica y por ende se acomodarán los hechos sucedidos a su verdad falseada que cambia por completo los acontecimientos políticos y sociales.


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