‘Tiburcio’, el man que levantó a ‘muñeca’ al tiburón que lo mordió

“De algo me sirvió aprender a tirar trompadas cuando pelao. Eso me salvó la vida, y ahora puedo contra la historia.

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EL INFORMADOR, acompañó a Gustavo Rafael Santrich González a la bahía de Santa Marta en donde recordó el episodio que vivió hace más de 49 años, en el que estuvo a punto de perder la vida en medio del ataque de esta especie marina en aguas del Parque Tayrona. Hoy recuerda esos segundos de angustia que supo sortear a punta de trompadas.

 La historia que figuró en los titulares de los medios de comunicación locales y nacionales de la época ocurrió hace unos 49 años atrás en una de las playas del Parque Natural Tayrona, área de Santa Marta, según el relato de su protagonista, Gustavo Rafael Santrich González, conocido como ‘Tiburcio’, un samario que hoy tiene 76 años, y que le ‘saca el jugo’ a cualquier tema que se traiga a sus conversaciones, y quien por su memoria que ya empieza a cobrarle su veteranía, no recuerda con exactitud el día que vivió la peor experiencia de vida, que lo dejó marcado en su pierna izquierda para siempre, y que le contó a EL INFORMADOR.



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De lo que sí se acuerda, ‘Tiburón’, como le llaman también sus amigos más cercanos por la situación vivida, es que la historia comenzó a primeras horas de una mañana en la bahía de Santa Marta a donde llegaba casi todos los días, bien sea para pescar o disfrutar del paisaje majestuoso con el que la naturaleza dotó a la ‘Perla de América’.

En uno de esos momentos, su espontaneidad lo llevó a acercársele a un ciudadano japonés que tomaba fotos para el recuerdo, con el que entabló una larga charla que culminó con una invitación a visitar esa playa de las más importantes turísticamente de la ciudad, y la que nunca se saldría de su memoria, puesto que, en ella, estuvo a un ‘pelito’ de perder la vida. 

Como se diría en términos macondianos, el extranjero le “cogió la caña”, y de una emprendieron el camino hacia el parque en donde estarían todo el día, sin saber lo que a él, el destino le tenía preparado.

 


¡Por 
culpa de un jurel!

Mientras que a todo el que llega al Tayrona busca disfrutar del paisaje, a ‘Tiburcio’ le llamó la atención un cardumen de jurel por lo que “ni corto, ni perezoso” se metió para coger así fuera uno con la mano.

“Yo me sentía en lo mío, la pesca, y trataba de coger así fuera un jurel con la mano y nadé hasta quedar un poco alejado de la orilla, pero de repente siento el primer mordisco en la pierna izquierda, pero sin dolor. En ese instante me hundo y veo un hilillo de sangre, y ahí mismo, un tiburón como de dos metros muy cerca, y veo que viene atacarme otra vez, salgo a la superficie a respirar y de una me aprieta la pierna afectada. Le meto un jalón y logro sacarla de su boca”, dijo Santrich González.


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Con cara del que gana una batalla, siguió diciendo que, “cuando veo que el animal viene nuevamente contra mí, yo en un instinto me lleno de valor y lo levanto a trompadas y es cuando logro ahuyentarlo. En ese momento me alegré y llegué nadando hasta la orilla pidiendo ayuda. Un grupo de personas me auxilió y me llevó hasta la sala de urgencias del Hospital San Juan de Dios, para lo cual hubo que hacer un viaje de más de dos horas hasta Santa Marta”.   




‘Tiburcio’ asegura que, al momento del ataque, más o menos su estado físico era como aparece esta fotografía tomada de su Cédula de Ciudadanía.
‘Tiburcio’ asegura que, al momento del ataque, más o menos su estado físico era como aparece esta fotografía tomada de su Cédula de Ciudadanía.



El otro 
drama

‘Tiburcio’, en medio del relato que evidencian las cicatrices en una de sus desgastadas extremidades inferiores, dijo que con su traslado al centro asistencial en la zona céntrica de la capital del Magdalena pensó que terminaba la pesadilla de haber sobrevivido a un ataque de un tiburón, pero no fue así.

  Argumentó que, “cuando me empiezan a atender, un médico apellido Del Real sin examinarme sale con que me tenía que cortar la pierna, pero todo era por la flojera que le causaba su gordura para no saturarme las heridas. Para él era la salida más fácil, pero llegó un tío mío quien autorizó para que me operaran”.



La fotografía muestra las cicatrices en su pierna izquierda como evidencias por el ataque del tiburón.
La fotografía muestra las cicatrices en su pierna izquierda como evidencias por el ataque del tiburón.




El tiburón  
le quitó el sueño 

El hombre que, como pocos, sobrevivió a un feroz ataque de uno de los depredadores más peligrosos de la especie animal, con el pasar de los años, aprendió a contar entre risas y carcajadas que, luego de despertar de la cirugía vivió por un buen tiempo con el llamado delirio de persecución por cuenta del escualo.

“Estuve hospitalizado 12 días y allí fue donde padecí de delirio de persecución terrible. A todo momento sentía que el tiburón me atacaba y no podría dormir, y si lo hacía soñaba con él. Todo eso fue terrible, como quien diría después de la fiesta”, resaltó en medio de risas.

  


FRASE

“De algo me sirvió aprender a tirar trompadas cuando pelao. Eso me salvó la vida, y ahora puedo contra la historia”

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