Nicolás Petro, hijo del presidente Gustavo Petro, enfrenta acusaciones de lavado de activos y enriquecimiento ilícito.
A pesar de haber afirmado inicialmente que no fue presionado por la Fiscalía y que su intención era colaborar con la justicia, Nicolás Petro ahora se presenta como una víctima, alegando que ha sido presionado hasta el límite con la intención de usarlo como un arma contra su padre.
En un cambio dramático de tono, Nicolás Petro anunció en sus redes sociales: “Hoy inicia la lucha de mi vida, sabía que la Fiscalía de Barbosa no era de fiar y hoy lo demostraron. Me han presionado hasta el límite con la única intención de convertirme en un arma contra mi padre”. Esta declaración contrasta con su postura anterior de colaboración con la justicia.
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Aunque la Fiscalía tenía plazos ajustados para finalizar la negociación, Nicolás Petro parecía estar ganando tiempo para dilatar el proceso. Sin embargo, el fiscal a cargo decidió avanzar hacia un juicio que busca condenar al exdiputado del Atlántico.
El fiscal Francisco Barbosa expresó su confianza en el caso, afirmando: “Todo el país vio la audiencia, vio la contundencia del trabajo de la Fiscalía, todos vimos esa audiencia pública, entonces la contundencia lleva a la Fiscalía a que cualquier camino que tome es adecuado para, seguramente, tener un éxito con una sentencia judicial”.
A pesar de las promesas iniciales de Nicolás Petro de colaborar con la justicia, decidió optar por el juicio, con todas las implicaciones que esto conlleva. Entre los testigos en su contra se encuentra su exesposa, quien proporcionó a la Fiscalía pruebas donde Nicolás Petro admite cómo llenó su clóset con el efectivo que le entregaban distintas personas. Hoy inicia la lucha de mi vida, sabia que la Fiscalía de Barbosa no era de fiar y hoy lo demostraron.
Me han presionado hasta el límite con la única intención de convertirme en un arma contra mi padre.
Decidí levantarme y no arrodillarme ante el verdugo.
Fuentes cercanas al caso sugieren que la actitud de Nicolás Petro cambió después de una visita del presidente Gustavo Petro. Desde ese momento cambió de abogado y aplazó las diligencias de interrogatorio en su proceso de colaboración. Esta actitud contrasta fuertemente con la imagen de padre ejemplar que mostró en las audiencias.
