El Gobierno israelí decidió hoy prolongar el confinamiento que rige en el país desde fines de diciembre y que se extenderá hasta el próximo 31 de enero, tras registrarse un nuevo máximo de contagios de coronavirus y superarse por primera vez los 10.000 en 24 horas.
La medida fue aprobada por unanimidad por el Gabinete de ministros y fue activamente impulsada por el primer ministro, Benjamín Netanyahu, que admitió que no fue una decisión fácil y reconoció que "sería más fácil ignorar el fuerte aumento en la morbilidad y simplemente reabrir todo, pero eso costaría muchas vidas".
Además de la extensión del confinamiento, los ministros aprobaron también una nueva norma para quienes lleguen al país desde el extranjero (actualmente solo ciudadanos, residentes o casos excepcionales), que deberán presentar el resultado negativo de una prueba de coronavirus realizada en las 72 horas previas a su vuelo.
