Aunque eran criticados por la prensa del interior, debido a la rudeza, vigor, temple y garra que mostraron en el terreno de juego, a los jugadores samarios que militaban en las selecciones Magdalena y el Unión, en las décadas de los 50, 60, 70 y 80, jamás los podrán señalar de haber lesionado o causado mal a un rival.
A pocos metros de donde un grupo de ingleses le mostró a los samarios lo que era el fútbol, se comenzó a construir en las calles polvorientas del barrio Pescaito un estilo de juego propio, basado en la rudeza, el ímpetu, las ganas y el corazón.
Era un fútbol donde nadie quería perder, por lo que los jugadores lo daban todo hasta el final.
Era tanta la pasión en el barrio y la ciudad por este deporte, que para los primeros Juegos Deportivos Nacionales en 1928, el departamento ya contaba con un gran prestigio, ratificando en la ciudad de Cali, donde un puñado de jugadores de distintos estratos socioeconómicos se alzaron con el triunfo, brindándole una gran alegría a Santa Marta.
Entendiendo que las bases del deportista samario se han perdido, que la cuna del fútbol de Santa Marta nacía en ‘Pescaíto’, se han ido perdiendo con el pasar de los años esos distinguidos jugadores que sudaban y reflejaban la máxima cantidad de esfuerzos para ser futbolistas profesionales, en donde eran reconocidos a nivel nacional e internacional.
Unión Magdalena, es la prueba ferviente de la pérdida futbolística y tradicional de la utilización de jugadores que sean locales, actualmente son contados los casos en donde magdalenenses representen al equipo de su tierra.
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‘Caliche’ Vergara y la desaparición del futbolista samario
“Lo crítico y lamentable es que tu no ves a un futbolista samario siendo llamado en procesos inferiores de las selecciones nacionales, sub 15- sub-17, sub 20 y sub-23, no cuentan con los jugadores que antes eran los más buscados y destacados por sus actuaciones a nivel internacional, en donde se destacaba siempre la intensidad y garra con la que se disputaban todos los enfrentamientos” explicó Caliche Vergara.
Además añadió que, “el fútbol de barrio se ha perdido las tecnologías y el desorden han distraído al jugador local que no se concentra en rendir aquellos que logran destacar en su talento, prefieren probar suerte en otros equipos entendiendo que en el Magdalena hay falta de garantías para el crecimiento personal, genera incertidumbre y dudas” denunció Vergara.
Santa Marta dejó de pulir talentos
Miles de niños y jóvenes sueñan a diario con tener una oportunidad en un club, algunos planifican lograr el objetivo de ser profesionales, tristemente ese sueño se hace fugaz, cuando entienden que no hay posibilidades de ser tenidos en cuenta y que pese a contar con el talento suficiente, no son considerado por directivas o instituciones.
Por otro lado, hay diversos clubes locales que se encargan de formar a los menores y dotarlos de las capacidades necesarias para ser tenidos en cuenta, pero algunos entrenadores denuncian no tener posibilidades de entrenar al no contar con una cancha en donde puedan competir y probar sus capacidades.
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“La falta de canchas es algo crítico, se necesitan más campos deportivos para que los menores puedan formarse y madurar, al no jugar pierden la posibilidad de crecer en este ilustre deporte” destacó Caliche Vergara.
Otra de las costumbres que tenía el futbolista local de antaño era entrenar bajo la luz del sol y en la playa, eso formaba la rocosidad y solidez a la hora de disputar cada balón en juego, finalmente se espera que el samario vuelva a sus viejas glorias y logre retomar ese casi extinto deportista que con características indescriptibles maravillaba al mundo del futbol.