Con un solo producto de tu canasta familiar, aportas un granito de arena a esta causa.
Hasta el momento Granitos de Arena ha realizado cinco entregas en parroquias y fundaciones de la ciudad.
https://www.youtube.com/watch?v=3uWZ6gBPkm4&feature
La pandemia generada por la Covid-19 puso en aprietos la economía de muchas familias a nivel mundial. En Santa Marta, según cifras del Dane, durante la pandemia el número de hogares que comieron tres comidas al día bajó del 93,2% a solo el 45,8%, pero, así como hay familias con dificultades para conseguir alimentos, también surgieron iniciativas para ayudar a quienes lo necesitan.

Cinco jovencitas de 15 años, estudiantes del colegio Bureche, se pusieron la mano en el corazón ante la situación crítica que vive el mundo y decidieron unir esfuerzos, convocar personas, a fin de llevarle alimentos a quienes lo necesitan.

“Se nos dio la idea de tocar la puerta a personas amigas y familiares de cada una de nosotras para que aportaran un solo granito, no queríamos un mercado (…) solo un producto de su canasta familiar mensual”, narra Ana Cristina Vives, una de las jóvenes integrantes de Granitos de Arena.
La dinámica se realiza mes a mes. Una vez recolectan todos los productos donados por terceros, forman una especie de banco de alimentos que Granitos de Arena entrega a una parroquia, fundación o institución, quienes son los encargados de distribuir los productos a los más necesitados.

“El proyecto nació en mayo, una tarde estaba hablando con mi mamá (…) nos dimos cuentas de los momentos difíciles que atravesaban muchas personas y que necesitaban ayuda, que no podían traer alimento a sus casas. La idea surgió y se la compartí a mis amigas, todas nos apoyaron, empezamos a hacer reuniones y a planear todo”, señala Ana Cristina Vives.

“Llevamos cinco meses, hemos hecho entregas en el Asilo Sagrado Corazón de Jesús y María, en el Seminario Mayor San José, en la Fundación San Vicente de Paul, en la Iglesia San Juan de Dios y en la parroquia La Eucaristía”, comenta Valentina Castellanos.
La logística
“A principios de mes nos reunimos para decidir a qué lugar vamos a dar los productos y cada una escoge un producto para pedirle a sus contactos, ese es el producto del mes”, explica Mariana Herrera.
A través de mensajes de WhatsApp envían las solicitudes de elementos de la canasta familiar a sus contactos, normalmente a mitad de mes, y a medida que les confirman donaciones, recogen los alimentos no perecederos casa a casa. Finalmente, la entrega la realizan a fin de mes en el lugar previamente escogido.

En este proceso, los papás de estas cinco jóvenes han sido un apoyo fundamental, sobre todo en temas logísticos. “Además de nosotras, nuestros papás nos ayudan, algunas de las mamás hacen la vuelta de ver a qué iglesia se dona”, explica Ángela María Elías.
Ayudar, una idea que no cesa
A pesar que esta iniciativa surgió a raíz de la pandemia, buscando lugares afectados por la misma, estas jóvenes tienen en mente continuar ayudando a las personas necesitadas.
“Ya lo hemos pensado y nosotras queremos seguir con el proyecto cuando se acabe la pandemia. El proyecto está basado en Santa Marta, entonces de pronto salir de la ciudad o extendernos un poquito más” Valentina Castellanos.
Invitación
“Queremos invitar a los samarios a que se sumen a esta iniciativa para poder ayudar a muchas más personas, poder llegar a las casas y calmar el hambre. Porque un granito de arena puede formar una gran montaña y entre más nos sumemos, más personas van a tener con qué comer”, Ana Cristina Vives.
https://www.youtube.com/watch?v=PP0BCv5yLyw&feature
Quienes deseen unirse a esta causa pueden escribir a la cuenta de Instagram @granitosdearenasm o al correo electrónico
Las donaciones se entregan a parroquias o fundaciones que aporten a la comunidad, o tengan a cargo personas que lo necesiten.
95 Personas han realizado donaciones a esta iniciativa.