El déficit habitacional en la capital del Magdalena se ubica en 29 por ciento, lo que evidencia que se necesitan políticas públicas para garantizar accesos a casas y apartamentos.
La falta de viviendas sigue siendo un tema por resolver en Santa Marta, en donde el déficit habitacional lejos de reducirse parece ampliarse.
Cifras del Observatorio Santa Marta Cómo Vamos apuntan a que en la capital del Magdalena la carencia de viviendas se ubica en 29 por ciento, lo que indica que aproximadamente una de cada tres familias que viven en la ciudad requiere un techo propio o en mejores condiciones.
De hecho, la ciudad es la tercera en la región Caribe en materia de déficit habitacional, después de Montería (45 por ciento) y Riohacha (36 por ciento).
Lucas Gutiérrez, director de Santa Marta Cómo Vamos, explica que las cifras de la capital del Magdalena se desprenden de la Gran Encuesta de Percepción elaborada por el observatorio, debido a que la ciudad no cuenta con estudios actualizados y se está a la espera de los resultados del censo nacional.
El economista explica que en Santa Marta se requieren más viviendas, sin embargo, hay dificultades que se deben superar: la primera de ellas es la limitación del sistema de acueducto y alcantarillado, puesto que no se pueden construir casas o apartamentos sin contar con este servicio público; la segunda es la desactualización del Plan de Ordenamiento Territorial, POT, que no ha permitido la habilitación de nuevos suelos; y la tercera es la insuficiencia de ingresos de las familias, que dificulta la adquisición de un techo propio en buenas condiciones.
Otras dificultades
Gutiérrez agrega que, de acuerdo con estudios de la Cámara Colombiana de la Construcción, Camacol, Santa Marta es la ciudad en la que es más difícil acceder a una vivienda, considerando los promedios del metro cuadrado y de los ingresos de las familias.
“Se construyen apartamentos de estratos 5 y 6, para que personas del interior tengan en Santa Marta una segunda vivienda; pero no se ejecutan viviendas para el estrato 3, que es donde está la mayoría de la población de la ciudad”, asegura el director del observatorio.
“Se necesita una mayor articulación entre el gobierno nacional y el sector privado para la construcción de viviendas de interés social y de interés prioritario”, afirma el economista.
El director de Santa Marta Cómo Vamos insiste en la necesidad de hacer inversiones en la red de acueducto y alcantarillado para que las nuevas viviendas puedan contar con el servicio, actualizar el POT para que se definan las zonas de expansión residencial de la ciudad y contar con cifras vigentes del déficit habitacional que permitan focalizar las políticas públicas en la materia.
Además, se requieren políticas integrales de empleo, de manera que las familias cuenten con ingresos que les permitan acceder a casas o apartamentos.
La situación, sin embargo, crea oportunidades para el sector constructor, que puede trabajar en función de edificar las viviendas que se requieren en la ciudad.
El índice de déficit habitacional es una herramienta de diagnóstico que sirve para el desarrollo de programas estatales, y en algunos casos privados, que tienen como fin revertir la insuficiencia de viviendas adecuadas y la vulnerabilidad del hábitat.Déficit cuantitativo: Determina si la cantidad de viviendas existentes es suficiente para albergar a la totalidad de la población:
Déficit cualitativo: Determina la cantidad de viviendas que no cumplen con los estándares mínimos de calidad y por ende no ofrecen condiciones de vida adecuada a sus moradores.