Fotos históricas

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Hernando Pacific Gnecco

Hernando Pacific Gnecco

Columna: Coloquios y Apostillas

e-mail: hernando_pacific@hotmail.com



Hay registros fotográficos que marcan huella eterna, que siempre serán referentes universales recordados en cualquier época. Un rostro, un paisaje, una escena urbana, cualquier motivo... Una foto bien pueden marcar una época, especialmente cuando se muestra el drama de la violencia. Incluso, una fotografía puede tener mayor impacto que documentales enteros.
En Vietnam hubo una guerra tan irregular y violenta que marcó a una generación de manera definitiva; sus ecos aún retumban. Una foto, solo una foto, reveló la crueldad negada tantas veces, y apuró la terminación de la invasión estadounidense. Esa imagen registra el terror de unos niños víctimas de las prohibidas pero intensivamente usadas bombas incendiarias napalm; en el centro, aparece una niña desnuda y quemada, huyendo despavorida del horror. Nick Ut, el fotógrafo, llevó a la chiquilla, Phan Thi Kim Phúc, al hospital donde estuvo recluida por dieciocho meses para recibir un tratamiento salvador. Hoy dirige la Fundación Kim Phú, que ayuda a los niños víctimas de la guerra.
Otra foto que despertó ampollas fue tomada por el surafricano Kevin Carter. Ganadora del Premio Pulitzer en 1994, muestra a "un buitre muy cerca de una niña famélica", aparentemente esperando su muerte para actuar. Se dijo que la niña agonizaba y que el fotógrafo no la ayudó, dejando que muriera mientras buscaba el encuadre perfecto. Aun cuando la verdad es diferente (era realmente un niño, Kong Nyong, que murió en 2008 a causa de "fiebres", y que estaba defecando en posición fetal pues la desnutrición severa no le permitía otra) como lo testificaron sus colegas Joao Silva y Luis Davilla, quienes también se encontraban en el lugar. Lo importante del registro, más allá de las leyendas, fue el impacto mundial que tuvo visibilizar la hambruna de muchos pueblos africanos.
Sharbat Gula, de la etnia pashtún, fue fotografiada en un campamento para refugiados en Pakistán, donde se encontraba huyendo de las atrocidades soviéticas de la Guerra de Afganistán. Steve McCurry, de National Geografic, registra la famosa imagen que, en 1985, se convierte quizás en la más famosa portada de la revista. La hermosura de sus ojos y su expresión dan la vuelta al planeta, pidiéndole a la humanidad el cese de la cruel invasión soviética en apoyo a las fuerzas militares afganas que combatían a los insurgentes muyahidines, apoyados por los norteamericanos. La Guerra Fría siempre enfrentaba a las potencias en carne ajena y, como siempre, perdían los civiles ajenos al conflicto.
Fotos impactantes contra la segregación racial fueron las de los atletas negros Tommie Smith y John Carlos durante los Juegos Olímpicos de 1968, levantando los puños enguantados, símbolo de la Panteras Negras, imagen hoy convertida en insignia de la lucha de los afroamericanos por sus derechos civiles; y la de Pelé y Bobby Moore intercambiando sus camisetas al final del partido entre Brasil e Inglaterra en el Campeonato Mundial de 1970. Ambas fueron registradas en Ciudad de México.
Hace varios años, en Colombia se registró la foto de un sirirí bañado en petróleo, por tanto impedido para volar, luego de una de las tantas voladuras de oleoductos realizadas por la guerrilla del Eln en el Arauca. El escándalo nacional y mundial ante la canallada de los subversivos llevó a detener por un buen tiempo los ataques a los poliductos: los subversivos reconocieron que tuvo más impacto esa fotografía que cualquier otra manifestación en su contra.
La fotografía de la violencia golpea duro. La crueldad humana no ha llegado a sus límites: es horroroso observar los retratos de los niños muertos en Gaza por el bombardeo israelí o los destrozos de los hombres-bomba en Israel; en Colombia por los cilindros-bomba de los guerrilleros, por las masacres paramilitares o la simple violencia delincuencia común. Pero existe también el registro gráfico de hechos comunes que alcanza reconocimiento universal. El niño negro Diego Frazão Torquato, brasilero de 12 años, tocaba el violín con lágrimas en sus ojos durante el funeral de su profesor, que lo ayudó a escapar de pobreza y de la violencia a través de la música. Hay lugares preciosos, personajes grandes o comunes, episodios históricos, momentos inolvidables, épocas maravillosas, fenómenos naturales, objetos o mascotas que a través del lente de cualquier cámara quedan incluidas para siempre en la historia. Hace 45 años, el 8 de agosto de 1969, se tomó la famosa foto de los Beatles cruzando el paso peatonal en Abbey Road -hoy convertida en leyenda y sitio turístico- yendo hacia los estudios de grabación. Fue portada de su undécimo álbum discográfico. Los estudiosos de las conspiraciones creyeron encontrar pistas acerca de la presunta muerte de Paul McCartney y su suplantación por parte del canadiense William Campbell: leyenda urbana.
La contraparte es la foto manipulada para engañar, desviar la atención o para obtener beneficios. A veces, los montajes son tan burdos como los propósitos.