El ejército nacional, entre las chuzadas y los contratos

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

José Noriega

José Noriega

Columna: Opinión

e-mail: jmartinnoriega@hotmail.com



Un muerto es una tragedia, tres mil muertos son una estadística. (José Stalin)

Lo últimos días han sido bastante movidos y aciagos para el gobierno nacional, especialmente para la tranquilidad del presidente dela república quien ha visto pulverizada su tranquilidad y sosiego y ha tenido que salir a dar explicaciones a la comunidad sobre protervas y deleznables prácticas acaecidas en el interior de un café fachada denominado Andrómeda que está ubicado en el sector de Galerías en la capital dela república y desde donde se operaba una central de inteligencia del Ejército Nacional de Colombia y al tener licencia para interceptar comunicaciones y espiar a quien se le diera la gana procedieron a entrometerse en la intimidad de muchas personas, al punto que al sol de hoy se desconoce realmente el alcance de sus pilatunas y pareciera quedar la sensación de que volvemos a los tiempos del gobierno del exemperador…cito y el tapen tapen le ha bajado el voltaje al asunto y todo apunta a que va camino al olvido, como casi todo en este país, en donde los escándalos son flor de un día y cuando aparece el siguiente, todos nos olvidamos del anterior y ahí, mientras tanto, muchos siguen pescando en río revuelto en donde siempre habrá ganancia de pescadores, pero vaya uno a saber quiénes son los pescadores.

Producto de esas chuzadas, -denominadas técnicamente interceptaciones- muchos pusieron el grito en el cielo por cuanto y al parecer se estaban monitoreado muchas de las conversaciones que se llevan a cabo en La habana entre la insurgencia y los delegados del gobierno y por un instante los diálogos sobre el proceso de paz pudieron tambalear, pero al final dela tarde las aguas están volviendo a su cauce y así el embeleco duró menos delo que dura un merengue en la puerta de un colegio y aquí no ha pasado absolutamente nada, la vida debe seguir y cuando aparezca el próximo entuerto todos nos habremos olvidado de ello y san se acabó y, dicho y hecho, los medios de comunicación entrevistaron a dos o tres analistas políticos y estos elucubraron sus puntos de vista y le echaron tierra al asunto porque el circo debe continuar y la sociedad no puede entretenerse en "pendejadas de poca monta" cuando estamos ad portas de una campaña electoral que habrá deservir para reelegir al primer mandatario y nadie quiere perderse un instante sobre cómo se sigue repartiendo la mermelada por cuanto al menor descuido se quedan sin su pedazo y eso si es gravísimo para muchos que en este país ejercen unas actividades que nadie sabe dónde la estudian pero al final terminan siendo unos gurús de la opinión y desde el Olimpo de los dioses se creen oráculos de la verdad y pontifican a diestra y siniestra bajo el atavío de analistas políticos.

Y precisamente el fin de semana próximo pasado estalló otro escándalo de iguales o mayores proporciones con visos de corrupción en el interior de las fuerzas armadas, relacionado con la forma y mecánica sobre cómo se manejan algunas operaciones para contratara servicios e insumos en las mismas y ahí se armó Troya, porque han llovido rayos y centellas sobre algo que todo el mundo comenta pero que nadie se atreve a confirmar ni desmentir y ahora cuando revienta el asunto, vienen a dársela algunos de ser más papistas que el papa y decir que no tenían ni idea de ello y da vergüenza ver al pendenciero y pelietas ministro de la Defensa darse golpes de pecho y tirárselas de inmaculado y, claro, lo más obvio es echarle la culpa a unos cuatro o cinco oficiales llamándolos a calificar servicios y remozando la cúpula militar y, como si nada, el circo continúa y a seguir derivando los jugosos beneficios que se da desde allí, emulando la tan anhelada ambrosia de los dioses de la antigüedad.

Frente al escándalo de los contratos se ha podido conocer algunas grabaciones en las cuales se escuchan expresiones desobligantes de parte de un alto mando militar quien le recomienda al principal implicado -un coronel que está detenido y está siendo investigado por presuntas ejecuciones extrajudiciales, conocidas en Colombia como "falsos positivos"- para que se haga una cofradía para denunciar a todos esos fiscales entrometidos porque les están destapando sus porquerías y el muy conchudo y descarado sale a los medios a vociferar, con la dignidad de un proxeneta, que su retiro obedece a una decisión política: habrase visto tamaña desfachatez y el colmo de la conchudez.

Por eso, lo más sano y correcto es que estos problemas se ventilen con la rigurosidad de una investigación al más alto y encumbrado nivel investigativo y se dé con los responsables de esta olla podrida, que traspasa los linderos del código penal, y se les lleve ante la justicia para de una vez por todas darle jaque mate a esta aberración de ocurrencia frecuente, además de que los responsables políticos también se revienten de bruces contra el pavimento, porque no podemos seguir cohonestando y alcahueteando ese melodrama insulso y fétido de que se delega la función, pero no la responsabilidad, porque ya va siendo hora que ministros y altos dignatarios del gobierno salgan a responder por su inoperancia, lo mismo que por su ineficiencia e ineficacia y porque ocurran esas cosas en sus narices y nuca se dan cuenta y continúan atornillados en sus poltronas burocráticas o, en el peor de los casos, se caigan para arriba.