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Columnas de Opinión
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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Dos victorias históricas que en menos de dos semanas despejaron las dudas sobre quien será el candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos de América. El veredicto de los votantes republicanos es que quieren a Trump.  Las encuestas a la fecha indican que Trump tiene grandes posibilidades de volver a la Casa Blanca.

Cuando esta posibilidad se hizo evidente hace algunos meses, los ataques a Trump comenzaron desde todas las trincheras de los globalistas progresistas, quienes han declarado un Trump 2.0 como la peor amenaza existencial para el mundo.

En Davos, uno de los líderes empresariales más respetados, Jamie Dimon, CEO de JP Morgan, dijo en una entrevista que Trump había acertado en su diagnóstico: estuvo en lo correcto con la Otan, con China, con la inmigración y con casi todo. Aunque reconoció que las formas de Trump pueden ser chocantes.

La enorme impopularidad de Biden es una tormenta de su propia creación.  Recibió de Trump una economía increíble y lo único que tenía que hacer era manejar la pandemia y darle continuidad a lo hecho por Trump.  Optó por una agenda progresista y eco-amigable que ha sido mala para el país y para la gente, que la resiente en sus bolsillos.  Pienso que, si Biden ganó gracias a la pandemia, puede perder por culpa de la medicina a la pandemia y sus agregados.  No hay frente en el que Biden haya tenido éxito, y hoy hay dos temas que pesan mucho en los votantes estadounidenses: Inmigración y economía; en este orden.  El estadounidense promedio poco interés tiene por los temas internacionales y la propuesta Trump hace eco de este ADN cultural: America First.  De aquí las raíces populistas y su arraigo, el cual ha sido llamado culto por los malquerientes.

La semana pasada la mitad de los estados se rebelaron contra el gobierno federal, Biden, encabezados por Texas, para tomar en sus propias manos el tema de la inmigración, que ciertamente tiene carices de invasión.  Ya antes el gobernador Abbott de Texas había transferido a las ciudades santuarios miles de ilegales, para que experimenten en carne propia la realidad de los estados fronterizos con Méjico.  Esto no solo ha creado crisis en esas ciudades, sino que ha hecho que muchos votantes cambien su opinión sobre el apoyo a los ilegales.  Muchos afirman que este es el tema que definirá la presidencia.  Trump iba por buen camino a resolverlo, y una de sus promesas es deportación masiva de ilegales y asegurar la frontera.  Inmigrantes sí, pero legalmente. 

En economía, Biden asesinó el sueño americano para una gran parte de la población.  Las estadísticas generalmente son pésimas contadoras de historias.  Ciertamente, la tasa de desempleo es muy baja y se resiste a crecer a pesar del ajuste en las tasas de interés.  Algo que especialistas miran con sorpresa.  Es simple.  Gracias a la inflación y la transición energética de las políticas Biden, hoy muchos tienen dos trabajos para poder cubrir sus necesidades cuanto antes solo necesitaban uno.  La inflación de los alimentos, los arriendos, servicios públicos y de todo lo demás impactó como nunca antes la capacidad de compra de la gente.  Adicionalmente, las altas tasas de interés, esfumaron el sueño de comprar vivienda de muchos.  Por esto el gran descontento.  Sin lugar a dudas, para las familias y para las minorías, la economía de Trump mantuvo vivo el sueño americano.

La mayoría de los estadounidenses creen que Biden no tiene las condiciones mentales y físicas para ser presidente, y la mayoría se aterra ante la posibilidad de que el país quede en manos de Kamala Harris, quien ha demostrado ser inservible.  El apoyo a Israel también le pasa cuenta de cobro en sus bases progresistas, que son antisemitas por definición. Biden fracasó en política exterior y hoy el mundo es menos seguro.

El mundo se prepara para el regreso de Trump, y de darse, muchas cosas cambiarán.  Habrá que esperar.