Santa Marta se vistió de rojo

Columnas de Opinión
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El vallenato, como todo en la vida, ha venido pasando vaivenes. Por momentos, cuando se cree que el género está pasando por uno de sus peores momentos, surgen hechos qué permiten sentir qué estas crisis solo son pasajeras, como la estela qué deja un cometa.

Uno de estos hechos es la permanente reinvención qué está haciendo en sus giras Silvestre Dangond, quien siempre propone algo distinto e innovador al público. Hace poco hablábamos en este espacio de opinión de su última producción discográfica “Ta´ Malo”, que ahora tan solo con un mes largo de haberse estrenado ya está pegado en todo el país y dando de qué hablar.

Justo de esta misma es qué quiero hacer mención. Santa Marta, la perla de América, reconocida por sus playas, el parque Tayrona, la ciudad donde paso sus últimos días el Libertador, es una ciudad qué en la temporada de vacaciones acostumbra a recibir miles de turistas. Sin embargo, curiosamente en los últimos años los conciertos que se han realizado en la ciudad no han sido exitosos, generando resultados poco favorables para los empresarios. A pesar de ello los mismos han sido resilientes y siempre le apuestan a la ciudad, un ejemplo de ello es el empresario cienaguero Carlos Padilla. 

Este año pareciera más difícil, la situación del país muestra un dramático crecimiento económico de apenas 0.3%, cuando hace apenas 18 meses era superior al 7%, el más reciente reporte de COTELCO de reducción de la ocupación hotelera en esta temperada del año en ciudades como Cartagena, los restaurantes de Santa Marta reportando disminuciones en sus ventas, entre otras situaciones, no avizoraban el mejor panorama ni para el concierto, ni para nada en la región. A pesar de todo esto, pasó lo qué ni siquiera Silvestre – comentado por él en el concierto- esperaba, lograr un SOLD OUT en Santa Marta, por primera vez en muchos años. Muchas fueron las personas que incluso se quedaron por fuera, los palcos y las gradas estuvieron a más no poder. En resumen, pasó lo qué solo podía pasar ante un éxito musical qué venció la preocupante situación que vive el país.

Santa Marta se vistió de rojo. La gente coreo las canciones, los vendedores de camisetas y ponchos hicieron su post aguinaldo, las cacetas alrededor del lugar del evento full, los puestos de comida con fila, se movió la economía, pero sobre todo volvió la Bahía más linda de América a ser un atractivo para los empresarios, para qué le apuesten a la ciudad y cada día lleguen más y más eventos.

¡Ojalá, Silvestre y Carlos Vives, se pegaran muchos wiskis! Ellos han logrado llevar el género a otra dimensión y traspasar las fronteras. Quienes amamos el folclore sabemos qué a pesar de la crisis qué pueda vivir el género, siempre hay aires de esperanza qué permiten pensar qué desde los más viejos hasta los más nuevos artistas podrán mantener viva la esencia del vallenato. 

Mi gente nos vemos en el 57 Festival de la Leyenda Vallenata 2024 en el Valle.