La Jep un esfuerzo valioso y necesario

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Escrito por:

Luis Tabares Agudelo

Luis Tabares Agudelo

Columna: Opinión

e-mail: tabaresluis@coruniamericana.edu.co


La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en Colombia representa un avance significativo en el ámbito de la justicia transicional, ofreciendo un enfoque restaurativo en lugar de punitivo. En mi opinión, su misión de investigar y sancionar graves violaciones a los derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario, cometidas durante el conflicto armado hasta diciembre de 2016, es esencial para una paz duradera.

De ahí que esta jurisdicción destaca por su orientación hacia la justicia restaurativa, enfocándose en reparar el daño y restaurar las relaciones sociales, más que en el castigo. Esto, considero, es crucial para superar las cicatrices del conflicto y construir una sociedad más unida. Además, la participación de las víctimas es central, lo cual es loable, ya que garantiza que sus voces sean escuchadas y que sus derechos sean satisfechos.

En efecto, la JEP también presenta un mecanismo de condicionalidad para obtener beneficios penales, lo cual me parece un equilibrio adecuado entre la justicia y la incentivación de la verdad. Las sanciones impuestas varían, dependiendo de la colaboración y el reconocimiento de responsabilidades por parte de los comparecientes, lo cual fomenta la responsabilidad y el reconocimiento de los actos cometidos.

A su vez, un aspecto particularmente positivo es su enfoque en casos prioritarios, como la toma de rehenes, asesinatos, desapariciones forzadas y el reclutamiento de niños, entre otros. Esta selección de casos refleja las graves violaciones que requieren atención urgente y garantiza que los delitos más atroces no queden impunes. Mientras tanto, esta priorización es vital para abordar las heridas más profundas del conflicto y garantizar que los crímenes más atroces sean investigados a profundidad.

Igualmente, la JEP introduce un enfoque inclusivo y participativo, algo que considero fundamental para abordar las complejidades del conflicto armado. La voluntad de incluir a diversos actores, como ex-miembros de las FARC, miembros de la fuerza pública, y terceros civiles, muestra un esfuerzo por abarcar todas las perspectivas y responsabilidades. Esto, a mi parecer, refuerza la legitimidad del proceso y promueve una mayor aceptación social de sus resultados.

Otro punto destacable es el tratamiento especial dado a las víctimas de graves violaciones de derechos humanos y de derecho internacional humanitario. Su reconocimiento como intervinientes especiales y la posibilidad de presentar informes a través de organizaciones representativas amplía su capacidad de influir en el proceso y garantiza que sus experiencias y necesidades sean consideradas. Esto no solo es justo, sino que también contribuye a un proceso de curación colectiva.

Ahora bien, en su complejidad y alcance, es crucial analizar que este mecanismo es parte del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, creado como respuesta a las necesidades de un país que busca sanar las heridas de un conflicto armado prolongado. Este sistema es único y representa un modelo innovador en el contexto internacional de justicia transicional. Su misión de investigar, juzgar y sancionar graves violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario es un esfuerzo admirable y necesario para abordar los crímenes cometidos en el marco del conflicto armado.

De hecho, la justicia restaurativa, piedra angular de la JEP, es un cambio paradigmático en el enfoque de la justicia penal. Al enfocarse en la reparación del daño y la reconstrucción de la sociedad, en lugar de centrarse exclusivamente en el castigo, busca promover la reconciliación y la restauración de las relaciones sociales y los territorios afectados por el conflicto. Este planteamiento es especialmente relevante en un contexto donde la sociedad colombiana busca superar décadas de violencia y división.

Para concluir, la JEP es un esfuerzo valioso y necesario para enfrentar las consecuencias del conflicto armado prolongado de Colombia. No solo busca impartir justicia, sino también promover la reconciliación y la reconstrucción de un tejido social dañado por años de conflicto. Considero que su éxito no sólo beneficiará a Colombia, también servirá como un modelo importante para otros procesos de paz en todo el mundo. Esto nos valió un Premio Nobel de Paz.