Decolonizar el habla

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Eimar Pérez Bolaños

Eimar Pérez Bolaños

Columna: Opinión

e-mail: eimar.perez@unad.edu.co


La homogenización del mundo, su estandarización, el rompimiento de la negatividad y marchar a discreción de los grandes imperios, la globalidad de la vida e imposición en las formas de ser, de pensar y de actuar por los poderes históricos, han conllevado a la consolidación de un estilo de hombre, que irrumpe, niega y elimina cualquier posibilidad a la diferencia, aunque este sea uno de los temas que más se pulula desde lo ético y político: “Respeto a la diferencia”.

El presente que vivimos, bajo la instrumentalización neoliberal, cuya técnica aliada, es la digitalización, va cercando las posibilidades de comprender las identidades y la diversidad cultural existente a nivel global. Es importante resaltar, que, en Colombia, es donde más confluye dicha diversidad, dado a que el mestizaje fue una de las características más excelsas en la historia de la conquista y colonia en esta parte del planeta.  

En estos días, en la ruta hacía el trabajo, con una compañera de viaje, vimos un trancón y de forma espontánea mientras yo conducía y ella observaba el panorama, expresó: "ese camión se va a mamar ese hueco" sonreí y le dije, que “chévere” hablas, y me refería al sentido de su expresión y sobre todo a su autenticidad, que evidentemente no tiene un sentido de vulgaridad y que yo como oyente comprendí con claridad a qué se refería. Ahí mismo, le comenté que tuve una estudiante de ingeniería de sistemas que me llamaba la atención su autenticidad en el hablar, su tonalidad, espontaneidad y evidente inteligencia. Le narraba que en una clase en medio de las tensiones que puede generar una exposición y en ese silencio sepulcral de un curso. Ella le dijo a un compañero, pero pasa, “estás cagao”, dicha afirmación irrumpió la tensión y oxigenó la situación, con unas sonrisas y risas que ni yo, siendo el evaluador pude escapar. Todos entendimos que se refería a ¿Estas asustado? Indagué de dónde era, a lo cual respondió:  Barranquilla, el barrio ya no lo recuerdo.

Dicho acontecer me puso a reflexionar frente a la colonización y deconolización. Considerando que se nos ha impuesto todo, hasta el habla, guardar fidelidad al mismo, hasta se nos juzga de “atropellar el castellano”, como si este fuera nuestra lengua autentica. Se nos hace olvidar los procesos históricos y lo que somos, una mezcla cultural, una diversidad multiétnica que se pretende invisibilizar.

Es claro, que nuestro léxico, sobre todo el del caribe colombiano no es sinónimo de vulgaridad, porque se piensa que sobrepasa el sentido y significado de un estándar. La misma academia coloca esas brechas acuciadas sobre todo por el eurocentrismo y sus poderes vigentes, colocando nuestras identidades y modos de expresión bajo sospecha, revisión y control constante.

La RAE (Real Academia Española) se ha encargado con mucha fuerza colonizadora de revisar, actualizar, reconfigurar el sentido y los significados de las palabras, haciendo eco en la estandarización como todas las formas existentes de poder como instrumento político, destruyendo los diferentes tipos de habla, sobre todo en los países suramericanos.

 Pero por qué no decolonizar el lenguaje y ser auténticos con la pluridiversidad que somos, una mezcla cultural inimaginable de África, Europa y Asia producto de todo el mestizaje con nuestras culturas originarias. ¡Qué bonito hablamos!, Cada región, es una muestra de la diversidad. Decolonizar el habla implica valorar esa riqueza y sostenerla en el tiempo.