Nación apátrida

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Escrito por:

Luis Tabares Agudelo

Luis Tabares Agudelo

Columna: Opinión

e-mail: tabaresluis@coruniamericana.edu.co


La crisis en Venezuela ha generado preocupación a nivel mundial debido a las violaciones de derechos humanos, la migración masiva de sus ciudadanos y el debilitamiento de las instituciones democráticas.

En ese contexto, la falta de respeto a los derechos humanos, el éxodo de millones de venezolanos y el deterioro de las instituciones democráticas son aspectos clave de esta crisis que ha sido objeto de numerosos informes y denuncias que señalan la violación sistemática incluyendo detenciones arbitrarias, torturas y ejecuciones extrajudiciales.

Así las cosas, la crisis es económica y social. Y, su impacto es devastador, lo que requiere un compromiso sostenido de la comunidad internacional en la reconstrucción del país. La ONU, a través de sus organismos especializados, como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), debe coordinar esfuerzos para abordar las necesidades más apremiantes, como la atención sanitaria, la educación y la seguridad alimentaria.

Mientras tanto, la llegada masiva de migrantes venezolanos a Colombia ha generado un enriquecimiento cultural en el país a través del intercambio de tradiciones, costumbres y gastronomía entre ambos países. Los colombianos han tenido la oportunidad de conocer más sobre la música, el arte, la danza y la gastronomía venezolana, mientras que los migrantes venezolanos han adoptado costumbres y prácticas colombianas. Sin embargo, este proceso de aculturación no ha estado exento de tensiones y desafíos.

Ahora bien, la migración ha planteado problemas específicos para los niños nacidos en Colombia de padres venezolanos que enfrentan una serie de desafíos, ya que muchos de ellos carecen de documentos de identidad y enfrentan dificultades para acceder a servicios básicos, como la educación y la atención médica. A menudo, estos niños enfrentan la estigmatización y la discriminación debido a su origen y su condición migratoria.

También, en relación con la nacionalidad de estos niños, existe un riesgo real de apátrida. La nacionalidad colombiana se otorga principalmente por derecho de sangre, lo que significa que un niño debe tener al menos un padre colombiano para ser considerado ciudadano del país. Aunque Colombia ha implementado medidas permitiendo atención en salud, estudio, recreación, vacunación entre otros, aún existen barreras y desafíos en la implementación de la nacionalidad debido a que la Constitución colombiana es muy estricta en este otorgamiento.

De hecho, el riesgo de apátrida también se debe a la dificultad para obtener la nacionalidad venezolana debido a la falta de documentos de identidad de los padres, la falta de acceso a consulados y embajadas venezolanas y la burocracia en el proceso de registro. La apátrida puede tener consecuencias graves en la vida de estos niños, ya que limita su acceso a derechos y servicios fundamentales.

En síntesis, abordar el impacto de la llegada masiva de migrantes venezolanos a Colombia y la situación de los niños requiere una respuesta integral y coordinada por parte de las autoridades colombianas, la comunidad internacional, la sociedad civil y los propios migrantes. Solo a través de esfuerzos conjuntos se podrá garantizar un futuro más seguro y próspero para estos niños y para la sociedad colombiana.

En realidad, la ONU debe jugar un papel central en el restablecimiento del orden democrático en Venezuela, facilitando procesos de diálogo y negociación entre los diferentes actores políticos y promoviendo la realización de elecciones libres, justas y transparentes. La organización debe apoyar el fortalecimiento de las instituciones democráticas y el estado de derecho, así como la defensa de la libertad de expresión y la participación ciudadana.

Para concluir, son los propios ciudadanos venezolanos los que deben tomar la delantera y acciones para que regrese la libertad, la democracia y orden constitucional a su país. Deben todos poner su granito de arena y luchar como nación. Si no lo hacen, la tiranía se les queda eternamente. Perú, Ecuador y Bolívia son ejemplos a seguir. La protesta es una excelente opción.