Despelote total

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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Celebrando la liberación del padre de Luis Diaz, pero pidiendo la liberación inmediata de todos los secuestrados. El secuestro es delito de lesa humanidad y no es justificable desde ningún punto de vista.

La conmoción nacional e internacional causada por el secuestro de los padres de Luis Diaz, estrella del Liverpool, dejó al desnudo el fracaso de la Paz de Total de Petro.  Iniciativa que solo les ha servido a los delincuentes: Mordisco inaugurando obras y actuando como autoridad legítima, soldados secuestrados, ELN secuestrando, masacres y así sucesivamente.  El gobierno Petro viola la ley al no aplicar la Constitución y garantizar la vida y la libertad de los colombianos.  Y la viola también al renunciar a ejercer plena soberanía sobre el territorio y atándoles las manos a nuestras fuerzas del orden; aquí hay una causal legal para enjuiciar y destituir al presidente.  La seguridad es un problema mayor y creciente en la sociedad colombiana.  Petro perdió el control del país.

No ayuda que el pintoresco y locuaz Fiscal General de la Nación enturbie aún más las aguas sugiriendo un plebiscito -creo que sería referendo- preguntándole a la gente si quiere que se negocie con los hampones.  ¿Será prudente preguntar a las mayorías que descartaron a los mejores candidatos presidenciales y nos dejaron a Petro y Hernández? Hacerlo es como darle las llaves del Ferrari a un niño de diez años.  Hay temas que no se prestan a este tipo de mecanismos.  Claro que hay que buscar la paz y la negociación es uno de los medios para alcanzarla.  El problema no es el mecanismo utilizado, sino que la negociación ha sido utilizada para entregarle el país a los delincuentes; Santos escribió el preámbulo y ahora Petro está escribiendo el resto.

La seguridad es solo uno de los fracasos acumulados del presidente.  Artificialmente ha generado crisis en salud, pensiones y demás, sin tener una hoja de ruta.  Las propuestas de reforma del gobierno agonizan penosamente en el congreso; es un deber patriótico hundirlas.  Muchos de sus actos son invalidados por las altas cortes, y ni que decir de las salidas en falso y osos internacionales por cuenta de sus iluminadas posturas que avergüenzan a propios y extraños y que no consultan ni los intereses ni el sentir del país.  El caos total y desgobierno es inocultable, y la paliza que recibió el Pacto Histórico en las recientes elecciones da fe de esto.  Incluso incondicionales han comenzado a cuestionar y cuestionarse, llegando al punto de decir que hay algo que no funciona en el presidente.  La izquierdista de raca mandaca, María Jimena Duzán fue graduada de uribista y atacada inmisericordemente por una columna que publicó al respecto.  Todos sabemos que algo no funciona en el presidente, y que ciertamente estamos en manos de un lunático, como lo afirmó Cesar Augusto Londoño.  Petro tiene el toque de Midas al revés; todo lo que toca lo vuelve materia fecal.  

En este circo y despelote, ahora Petro decidió que solo les va a dar mermelada a aquellos gobernantes regionales electos afectos y afines al Pacto Histórico.  Doce gobernadores, y no se cuántos alcaldes. Decidió que no es el presidente de todos los colombianos sino de quienes lo eligieron y siguen apoyando, criminales incluidos.  Gobernará para una pequeñísima minoría.

Para que no queden dudas sobre que algo anda mal con el personaje, Petro está enfermo de antisemitismo hasta el tuétano; a la fecha no ha condenado el ataque de Hamas a Israel, e insiste en culpar a este último a pesar de que libra una guerra existencial. Carente de brújula moral, Petro además de lunático es psicópata.

Es cobarde e irresponsable invocar la democracia para dejar que Petro termine de destruir el país en los tres años que le quedan.  Petro debe irse, por vías institucionales claro está, pero debe irse.