Exabrupto de Petro al pueblo judío

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Escrito por:

Jesús Iguarán Iguarán

Jesús Iguarán Iguarán

Columna: Opinión

e-mail: jaiisijuana@hotmail.com


El Pasado lunes el presidente Petro, en su acostumbrado medio de comunicación propinó una frase que al parecer lastimaron la tranquilidad del pueblo israelí: 

“Ya estuve en el campo de concentración de Anschiwitz y ahora lo veo calcado en Gaza” escribió el presidente como parte de su intercambio con el embajador de Israel en Bogotá, Gali Dagan.

El congreso judío tomó estas palabras como un exabrupto del presidente colombiano al pueblo judío y no tardó en darle respuesta en la misma red social. “Lo que usted está diciendo es un insulto a los seis millones de víctima del holocausto y al pueblo judío. Sus comentarios aquí y los demás en su perfil ignoran por completo los cientos de muertos y secuestrados durante el ataque asesino de Hamás contra civiles israelíes. Esta publicación es una vergüenza y su país. Un líder mundial debe hacerlo mejor,”. 

El exabrupto no sólo resintió a los diplomáticos judíos en este país, la Confederación de Comunidades Judías en Colombia, también rechazaron de manera tajante las palabras hostiles del mandatario de Colombia.

 Lo cierto es que un mandatario de una nación se halla en el caso de medir sus palabras, aquilatarla y pesarlas. No le es posible verterlas en una medida caprichosa. Hay momentos en que ellas tienen la intensidad de un alcaloide, y las palabras de Pedro fueron tomadas por el congreso israelí como mortalmente venenosas.

Sin embargo, para “limar asperezas” y oscurecer su ultraje, el pasado jueves se reunió por aparte con los embajadores de cada país, pero la reunión con el embajador de Israel se acordó ampliarla por el día de ayer viernes 19 de octubre.

Tradicionalmente en el medio oriente no se ha logrado una paz duradera, por mucho esfuerzo que el mundo haya realizado por lograda, las conversaciones o los acuerdos son tomados fugazmente, pero no logran exterminar la indiferencia que por siglo han mantenidos estos pueblos.

Las intervenciones de grandes eclesiásticos, como el Papa, grandes líderes religiosos que expresan la voluntad de Dios por realizar una paz en el medio oriente han sido vanas, estos pueblos no escuchan y hacen caso omiso a los grandes diseños que se le han elaborado en favor a sus conveniencias. 

Cada encuentro el número de muertos se multiplica y entre ellos no se ha podido lograr un método en que se encuentre la paz. Las palabras ya no son convincentes para estos pueblos, al parecer desean siempre vivir adosados a la destrucción y a la condena, conversar con ello, de paz, es tanto como levantar una roca mediante palabras.