Por cuarta vez el autor de esta nota alude tercamente al mismo tema en espacio temporal de cuatro años. Existe, en el imaginario colectivo, el prejuicio de que todo terco es bruto. Aceptando, a manera de postulado dicho criterio trivial, creemos que vale la pena cargar ese fardo cuando el empecinamiento tiene su génesis en una causa buena para el interés público. La cuestión principal a que alude este comentario es el trillado asunto de la construcción de la doble calzada en la ruta Ciénaga-Palermo. Desde hace varios lustros se viene manifestando la necesidad imperiosa de construir el segmento que falta para que tan importante cinturón vial se convierta en carpeta asfáltica de cuatros carriles, doble vía, con ancho suficiente, separador y berma, con riguroso cumplimiento de las especificaciones técnicas. Repetir las razones de conveniencia de la ejecución de esa obra sería caer en tautología, pues suficientemente han sido expresadas; y múltiples son los accidentes producidos y que se siguen ocasionando en ese estrecho corredor.
Paciencia joviana han tenido las gentes del Magdalena y de la región Caribe que desde hace medio siglo, con resiliencia suma, se preocupan por tan preponderante tema. Aspecto invariablemente incluido en el ofrecimiento programático de los candidatos a la presidencia de la república; promesas incumplidas sistemáticamente.
El tramo de carretera Ciénaga-Palermo tiene una longitud de setenta kilómetros, aproximadamente. Todo el recorrido se encuentra en jurisdicción del Departamento del Magdalena, y atraviesa suelo de los municipios de Ciénaga, Puebloviejo y Sitionuevo. Estricto sensu le correspondería a dicho ente seccional, en cooperación con las municipalidades mencionadas sufragar el valor de la construcción del trayecto de movilidad materia de este comentario. No obstante, esa consideración fundada en el factor territorial, la Nación, teniendo en cuenta el costo que demandaría la obra y la dificultad monetaria que para costear la construcción tendrían el Departamento del Magdalena y los municipios de Ciénaga, Puebloviejo y Sitionuevo, ha manifestado su voluntad de asumir la financiación del trayecto que falta para que la vía adquiera categoría de doble calzada. Sin embargo, no se acomete la ejecución de la obra. El Instituto Nacional de Vías (Invías), ha avanzado en la construcción del segmento conocido como la variante de Ciénaga. Los trabajos llegaron hasta un punto cercano a la Ciénaga Grande de Santa Marta y fueron suspendidos porque se necesitaba licencia oficial para construir el viaducto sobre exiguo segmento de la Ciénaga, interrupción que duraría alrededor de seis meses, lapso de tiempo que requería la Anla para hacer el estudio de impacto ambiental. Recientemente se divulgó la noticia de que la tal licencia fue expedida y de que en breves días se empezará la construcción del mentado viaducto.
En las postrimerías del cuatrienio Duque, marzo de 2022, fue firmado el contrato por $700.000.000.000 para construir los viaductos en los kilómetros 19, 28 y 59 de la carretera Ciénaga-Palermo; tres puntos críticos afectados por la erosión costera. Ni los espolones ni los muros pedregosos resisten el embate de la marejada. Desafortunadamente, no se había apagado la euforia por la “buena nueva”, cuando resonó la aparición del obstáculo infaltable: La Anla tenía que intervenir para hacer estudio de impacto ambiental y tardaría seis meses; término que se venció en el mes de septiembre de este año 2023, y la Anla no se ha pronunciado. Elevamos preces al Cielo para que no invente impedimento dirimente y la licencia sea otorgada. En la era digital, con inteligencia artificial, la Anla debe actuar con mayor celeridad y eficiencia. Más aún, sabiendo que la construcción de los viaductos apremia, está financiada y contratada. Esos trayectos, anclados sobre pilotes, contaminarían menos que el terraplén actual. Y la doble calzada es una exigencia regional y nacional.