¡Qué buen gesto!

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Escrito por:

Jesús Iguarán Iguarán

Jesús Iguarán Iguarán

Columna: Opinión

e-mail: jaiisijuana@hotmail.com


Las letras son las únicas armas con que se vence heroicamente la batalla a la ignorancia. Jesús Agustín Iguarán

La pasada semana tuve el grato agrado de recibir en mi whatsapp un artículo titulado: “Dono mi biblioteca al Banco de la República”. Mi inolvidable amigo Amilkar Acosta Medina hacía referencia de su valiosa donación al Banco emisor de la nación.

Referente a los libros, el gran Lucas Caballero Calderón más conocido como Klim, escribió una vez refiriéndose a los libros: “Dar a Luz un libro es el único camino honorable que se le abre a un caballero para sentirse madre”. Donar una biblioteca es un gesto de alto valor que no se puede comparar con el diamante y el oro juntos, porque tienen poco valor para compararlo.

Nadie ha de empequeñecer la grandeza de donar un libro, ahora donar una biblioteca es un gesto que va más allá de la inmortalidad.

Siempre he considerado que mi alta guajira es una selva dotada de injusticia, pues le ha dado todo lo que tiene, todo lo que posee a esta nación, sin embargo, el Estado aún no ha logrado el más mínimo esfuerzo para sacer a La Guajira del más alto grado de abatimiento. Al país le consta que poseemos el más alto porcentaje de analfabetismo, que la escasez y el desamparo es el mayor virus que carcome esta región, sin embargo, no se ha llegado a tomar el más mínimo control para erradicar esa ponzoña peligrosa y contagiosa que hoy empaña a esta zona del país.

Esta hazaña de Amilkar lo coloca en el reglón de los héroes de la historia de este país, este hecho es una disciplina que debe ser adoptado por los compatriotas nacionales. Una donación que se aproxima a los 5.000 volúmenes es higienizar con grandeza la mente de aquellos que deseen superar la ignorancia.

Envidio ese gran gesto de mi amigo Amilkar, ya quisiera tener una biblioteca que pudiera llegar a los 3.000 libros, para repartirlos entre los orfelinatos de Nazaret, Puerto Estrella y Aremasai, de esta manera sembrar la semilla que pueda acabar con el germen de la ignorancia que sólo se ha empeñado en detener el progreso de nuestra Alta Guajira que aún sigue a la espera del apoyo constante de las mejores inteligencias, de los mejores corazones y de los más honorables, de aquellos hombres honestos que podrían hacer una fecunda administración y acercarla al más alto privilegio.