Necesitamos una gran dosis de inteligencia constructiva

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jesús Iguarán Iguarán

Jesús Iguarán Iguarán

Columna: Opinión

e-mail: jaiisijuana@hotmail.com


Los constantes asesinatos que a diario vive el país, nos ha acostumbrado a vivir en intimo contacto con el delito, con la inseguridad, con el crimen, no conocemos la disciplina social, hasta el valor civil lo hemos perdido, ya no nos atrevemos a denunciar cualquier irregularidad porque la justicia que hoy se aplica en nuestro país está lejos de ser rápida, pronta, eficaz y oportuna, incluso enclenque, lo que ha contribuido a generar incomprensión y desconfianza al ciudadano, que no se atreve a colaborar con decisión y entusiasmo en el éxito de las investigación porque la considera engorrosa, deficiente, impropia y lentos sus procedimientos, si no es que la considera inútiles.

 Son cercanos a nosotros las bandas criminales dedicadas al asesinato, al secuestro extorsivo con fines terroristas, las organizaciones paramilitares, y muchos otros entes, que amparados en actividades ilícitas llegan a convertirse en el mejor instrumento de las mafias en la comisión de los delitos.

Antes se nos conocía como los neogranadinos, grancolombianos y los grandes cafeteros, pero hoy nos encontramos bañado de fechorías, que al parecer en el mundo somos los grandes creadores del sicariato mundial.

Hemos asesinado, ministro como Rodrigo Lara, gobernadores como Antonio Roldán Betancur, candidatos presidenciales como Jorge Eliezer Gaitán, Jaime Pardo Leal, Carlos Pizarro Leongómez, Luis Carlos Galán Sarmiento, Bernardo Jaramillo Ossa. Enrique Parejo González exprocurador general de la Nación ejerciendo como embajador en Suiza se escapó milagrosamente de un atentado, el Procurador General de la Nación, Carlos Mauro Hoyos   y muchos otros como el doctor Álvaro Gómez Hurtado y el periodista Guillermo Cano Isaza

Todo ese arrume de asesinatos conocido en el mundo entero, han hecho olvidar los gentilicios con que antes nos conocían, como los cafeteros y grancolombianos, para considerarnos como una escuela de sicarios que ha rodado por el continente.

 El presidente Jovenel Moise, asesinado en su propia casa, en diciembre del 2021. Mauricio Javier Romero, Duberney Capador Giraldo colombianos señalados en el este magnicidio, quienes no esperaron que se hiciera presente en las calles, sino que lo asesinaron a domicilio, Marcelo Pecci, fiscal paraguayo asesinado en la isla de Barú mientras gozaba de su luna de miel y ahora Fernando Villavicencio candidato a la presidencia del Ecuador asesinado en su país, también se encuentra involucrados sicarios colombianos.

Penosamente hemos internacionalizado la evolución del sicariato, que avanza con innegable rapidez hacia formas más elaboradas, lo grave es que aún no hemos podido encontrar un mecanismo para poderlo combatir.

No solo vivimos en intimidad con el delito, también la corrupción es una de las formas más nocivas que tiene al país en más alto estado de abatimiento, cuando hablamos de ella nos estamos refiriendo a un amplio continente de podredumbre que ha lesionado al país con más fervor que los grupos subversivos.