La literatura costumbrista de Carrasquilla

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Vanegas Mejía

José Vanegas Mejía

Columna: Acotaciones de los Viernes

e-mail: jose.vanegasmejia@yahoo.es



El escritor antioqueño Tomás Carrasquilla, oriundo de Santo Domingo de Guzmán, nació el 17 de enero de 1858. En su obra literaria reflejó interés por dar a conocer temas y costumbres regionales. No otra cosa son sus relatos, algunos de ellos muy conocidos por sus títulos, si bien el público no les ha otorgado a plenitud el merecido beneficio de la lectura. Solo después de 1936, cuando tenía 78 años, se popularizó su producción literaria en un plano más amplio con el Premio Nacional de Literatura.

     Carrasquilla organizaba tertulias en las cuales lo llamaban ‘Maestro’, a pesar de que no tenía formación académica. Entre los jóvenes que en ese momento recibieron su influencia se cuenta al filósofo Fernando González. Si las obras de Carrasquilla hubiesen contado con los mecanismos que actualmente permiten difundir y comercializar las publicaciones literarias, otro destino les hubiera tocado.

     Para los lectores de su época, Carrasquilla fue importante. Pero debería serlo también para las generaciones posteriores –incluida la nuestra– pues en este autor hay autenticidad, además del apego a una realidad que no debemos olvidar. En la novela ‘La marquesa de Yolombó’, por ejemplo, el lector encuentra reconstruida gran parte de la vida colonial de fines del siglo XVIII en nuestro territorio, pocos años antes de la Independencia. Si se tiene en cuenta que esta novela fue publicada en 1926, cuando ya había desaparecido el Realismo europeo, podemos comprender por qué las obras de Carrasquilla aparecen rezagadas, en pleno auge del Modernismo, creado por Rubén Darío.

     Se critica en la producción literaria de Tomás Carrasquilla el carácter costumbrista de la misma. Esta clasificación, que es apenas una faceta del Realismo literario, impidió la universalización de la obra del escritor antioqueño; pero eso no demerita ni mengua la fuerza terrígena que se advierte en cada una de sus novelas.

     En relación con Carrasquilla pueden citarse las palabras de un reputado crítico literario: “Carrasquilla comienza su carrera literaria en plena explosión modernista y queda al margen, respirando aún los últimos vahos naturalistas y románticos y escondiéndose en su rincón provinciano. Toda su obra posee el mismo esmero descriptivo, la misma delicadeza en cada página, aunque sea una delicadeza y un esmero que huelen a humo, a viejo”. Así, pues, le tocó a este escritor vivir entre dos épocas: fue costumbrista y romántico cuando estos movimientos literarios llegaban a su fin y surgía el Modernismo, que fue una reacción contra el Costumbrismo. Esto explica claramente por qué la obra de Carrasquilla quedó parcialmente relegada. 

     El autor de la novela ‘Frutos de mi tierra’ y del cuento ‘En la diestra de Dios padre’ tiene también puntos a favor: se lo considera el Pereda colombiano, en alusión al gran novelista español del siglo XIX, José María de Pereda. Además, las obras tienen mucho de humor, de ironía y de teatro. Su riqueza fraseológica es considerable. Fue creador de personajes originales. 

     Para que el lector de estas Acotaciones tenga una idea somera sobre ‘La marquesa de Yolombó’, van unas notas puntuales: Una familia española de rancio abolengo se establece en San Lorenzo de Yolombó; allí explota minas de oro que son heredadas por la hija menor, Bárbara. Un español, que afirma ser de alta clase social, la toma por esposa y organiza un viaje para radicarse ambos en España. Al llegar a Cartagena hace fundir el oro de la marquesa, huye y la deja abandonada. Como consecuencia de esta acción, Bárbara pierde la razón y no la recupera jamás. Hay que agregar que el título de nobleza le fue conferido a Bárbara por el rey de España. También se destaca que la marquesa era la mujer más rica y famosa de la región.

     Otras obras de Carrasquilla son los cuentos ‘El ánima sola’, ‘Luterito’ y ‘Elogio de la viuda sabia’. Entre sus novelas están: ‘Por aguas y pedrejones’, ‘Por cumbres y cañadas’, ‘Del monte a la ciudad’ y ‘El Padre Casafús’. Por algo Julio Cejador y Frauca, filólogo, crítico literario e historiador de la literatura española, expresó: “Estoy por decir que Carrasquilla es el más castizo y popular de los escritores castellanos del siglo XX”.

     Una recomendación a los lectores colombianos: Conozcamos a nuestros escritores de todas las épocas; después tendremos tiempo para asimilar y comparar obras de autores universales.