La gran prensa: bajo la métrica del olvido

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



Existe un adagio popular que dice:  "Todo tiempo pasado fue mejor".  Sin embargo, ante el avance cada vez más vertiginoso e impactante del desarrollo tecnológico de los medios de Comunicación Social, las redes sociales en especial, el poder que otrora tuvo la gran prensa, el referido axioma pierde fuerza, conllevando consigo al periodismo convencional o tradicional al olvido lento y paulatino para dar paso a la magia encantadora del sistema virtual y digital.

Si recordamos por ejemplo la hegemonía y dominio que tuvieron rotativos como el Tiempo, El Espectador, El Siglo, El País, Vanguardia Liberal y otros al interior del país; sumado a periódicos de la Costa Caribe a saber: La Libertad,  El Heraldo, El Universal, El Informador El Pilón....cuyos tirajes diarios eran realmente abultados y voluminoso, hoy por hoy, algunas de estas casas editoras imprimen reducidas cantidades, algunos mil unidades, otros mil, tres mil etc, etc, siendo la venta de ejemplares muy mínima, antepuesta a una exorbitante devolución.

Surge de inmediato el interrogante: ¿por qué se da este fenómeno? La respuesta La encontramos en la acogida, impulso y sofisticación de los medios virtuales. Razón está que ha obligado a muchos dueños de periódicos a circular sólo a través del contexto digital.

En consecuencia, la lectura de prensa que antes era muy fortalecida y firme no sólo en las ciudades capitales sino también en la provincia, se lograba a través de ejemplares físicos que llegaban a cada ente territorial por intermedio de carros repartidores, que hoy, ya no se observan.

Esto ha traído como resultados la pérdida o adicción a la lectura y por ende a la quiebra de las empresas editoras. A raíz de este suceso, innumerables Comunicadores Sociales, se han quedado sin camello y la situación es cada vez más preocupante. ¿Pero nos preguntamos qué está pasando con el periodismo moderno tipo digital?  Tendríamos que decir que es de aceptación masiva, más práctico, y sobre todo más económico. Los lectores de portales desde su equipo móvil celular pueden dar rienda suelta a disímiles temas con sólo usar datos para ingresar a Internet.

Pero nace otro interrogante: ¿Cual medio es mejor y más eficiente, el tradicional o el digital? La respuesta tiene diversas interpretaciones: para algunos académicos el periodismo tradicional es más objetivo, coherente y sustancial; manifestamos que la modernidad que propician las redes es muy escueta, imprecisa y fugaz...

Pero lo más angustioso de este maremágnum entorno al proceso de la comunicación social gravita en el distanciamiento del profesionalismo. Como es sabido por todos los periodistas de antaño, eran verdaderos Académicos e intelectuales, apegados a la cátedra, a la buena lectura y demás aspectos antropológicos y sociológicos. Hoy día no, cualquier bárbaro con título de Comunicador o no, con sólo subir contenidos a la red social ya dice que está haciendo periodismo. Desconociendo en su profundidad las reglas básicas del sagrado arte como son informar, recrear, divertir, enseñar…Es más se afirma con mucha insistencia que el manejo de las redes en la actualidad, muchas veces, resulta nocivo, disonante y perjudicial; de poca credibilidad.

Son muchos los Periodistas afectados por estas circunstancias. En diálogo con varios de ellos, pudimos precisar que ahora las diferentes entidades del resorte oficial llámese: Gobernación, Alcaldía, Concejo… incorporan en su estructura organizacional el diseño y funcionamiento de portales noticiosos y a través de estos, divulgan contenidos, prescindiendo en forma total los verdaderos medios de comunicación instituidos desde hace muchos años como la prensa, radio y televisión. Igual rol se ejerce en el sector privado. En conclusión, el gobierno nacional tarde o temprano debe controlar y con todo el rigor normas que regulen la operatividad de las redes sociales en el país.