En Normandía, un día de junio de 1944…

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Vanegas Mejía

José Vanegas Mejía

Columna: Acotaciones de los Viernes

e-mail: jose.vanegasmejia@yahoo.es



 

Antes de que termine el mes de junio, queremos destacar un hecho histórico que cambió el curso de la Historia, pero también señalar la importancia de los combatientes que permanecen innominados bajo el rótulo de “soldados desconocidos”.  

El desembarco de las tropas Aliadas en Normandía, que empezó el 6 de junio de 1944, es considerado como la mayor operación de invasión por mar de la historia, ya que casi tres millones de soldados cruzaron el Canal de la Mancha, desde Gran Bretaña, para liberar a Francia de la ocupación nazi. Fue el principio del fin de la Segunda Guerra Mundial. Esta fecha se conoce como el ‘Día D’. La arremetida bélica se realizó en el norte de Francia y tomó el nombre de “Overlord” (“Jefe supremo”, en español). En clave, el desembarco se identificó como “Operación Neptuno”.

Los preparativos se iniciaron en Gran Bretaña. Un mes después del desembarco, los Aliados tomaron la ciudad de Cherburgo. En la madrugada de ese 6 de junio diez divisiones estadounidenses, británicas y canadienses tomaron tierra entre el río Orne y el Vire. A lo largo de los días siguientes arribaron a las playas francesas 250.000 hombres y 50.000 vehículos de guerra. Para el desembarco, el sector de Normandía fue dividido en cinco zonas de influencia que fueron bautizadas con nombres en clave: Utah, Omaha, Gold, Juno y Sword. Los estadounidenses desembarcaron en Utah y Omaha. En esta última playa se libraron los combates más duros. Los británicos ocuparon las playas Gold, Juno y Sword, ayudados por los canadienses. Al general Bernard Montgomery  se le encargó tomar la ciudad de Caen, pero por su indecisión este sitio solo fue ocupado tres semanas después. La estrategia de los Aliados consistió en desorientar a los alemanes haciéndoles creer que la invasión a Europa se haría por Calais y no por Normandía. Para ello se encomendó al general George Patton la creación de un ejército fantasma, con tiendas de campaña vacías, camiones y tanques de goma, desinflables, y otros elementos que parecieran reales. La Resistencia francesa colaboraba con información constante sobre fortificaciones alemanas.

La aviación de los Aliados destruyó muchas bases aéreas alemanas en el norte de Francia; los nazis se vieron obligados a concentrarse en el sur. Además, el constante bombardeo sobre ciudades alemanas mantenía ocupada a su aviación en esos sectores. El día de la invasión la fuerza aérea alemana contaba apenas con 250 aviones de combate estacionados en Francia. La escuadrilla más cercana a Normandía se componía de solo dos aviones cazabombarderos. Si bien el desembarco en Normandía marcó la iniciación de la reconquista de Francia, la liberación de París se produjo más de dos meses después, el 25 de agosto de 1944. Hay que destacar que en ella participó muy activamente la 9ª Compañía de la 2ª División Blindada del general Philippe Leclerc, formada exclusivamente por republicanos españoles.

La misión de desembarco en Normandía fue dirigida por el Comandante Supremo Aliado, Dwight David Eisenhower, estadounidense que más tarde, en 1953, se convirtió en presidente de Estados Unidos. El mando de las fuerzas terrestres lo desempeñó Bernard Law Montgomery, de Gran Bretaña.

Se calcula que en Normandía fallecieron alrededor de 32.000 personas, incluidos 15.000 civiles. Entre las acciones bélicas en el marco del ‘Día D’ se destaca la singular batalla de la playa Omaha, lugar llamado por ese hecho “Omaha sangrienta”. Casi ochenta años después aún se descubren cadáveres en Normandía. Algunos pueden ser identificados, pero muchísimos reposan en una tumba bajo el siguiente epitafio: “Aquí descansa, en honrosa gloria, un compañero de armas a quien solo Dios conoce”.   

Como dato al margen, podemos citar una nota de prensa que, aunque podría parecer pintoresca, no quita seriedad a lo ocurrido en Normandía: “El soldado Lawrence S. Gordon, canadiense, murió en Normandía. Su cuerpo fue cubierto con una chaqueta alemana, por lo cual fue sepultado como alemán. Sin embargo, un sobrino suyo descubrió su nombre inscrito entre en el cementerio estadounidense de Saint-James, depositario de parte importante de la memoria de la famosa batalla de Normandía.