Voltaire, llustración y Enciclopedismo

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Escrito por:

José Vanegas Mejía

José Vanegas Mejía

Columna: Acotaciones de los Viernes

e-mail: jose.vanegasmejia@yahoo.es



¿Quién iba a imaginar que el nombre Voltaire tiene su origen en una pilatuna infantil? Los hermanos de François-Marie Arouet lo apodaron “Pequeño voluntario” porque el niño quería hacer siempre lo que le daba la gana. En francés la expresión es “Petit volontaire”, que al sincoparla (suprimir algunas letras de su interior) se redujo a “vol / - / taire”. Nació en París el 21 de noviembre de 1694 y murió el 30 de mayo de 1778 en la misma ciudad.
La existencia de este poeta irreverente tuvo un desarrollo muy complejo. En sus años de colegio se destacó por constante indisciplina ante sus profesores. Sin embargo, las amistades que cultivó en esa época habrían de servirle más adelante, cuando las adversidades le cerraban el paso. Voltaire comenzó a estudiar leyes por imposición de sus padres, pero prefirió frecuentar los teatros y salones de artistas y literatos. La obra ‘Edipo’ es una de sus primeras creaciones. Seguidamente publicó la epopeya ‘La Henriada’ (1728), referente al rey Enrique IV. Por escribir una sátira contra el duque de Orleans, regente de esa época en Francia, fue encerrado en La Bastilla en 1717. Escribió la tragedia ‘Marianne’ en 1724 y el año siguiente, ‘El indiscreto’.

La vida privada de Voltaire fue de permanente libertinaje y de confrontación encarnizada con las ideas religiosas. Según él, la iglesia católica es símbolo de la intolerancia y de la injusticia. Se lo consideró antipatriota por atacar con sus escritos la religiosidad de Juana de Arco. La publicación de sus obras le produjo una gran fortuna económica. En 1731 escribió ‘Historia de Carlos XII’ y ‘Cartas filosóficas’, obras que causaron un escándalo en el seno del Parlamento y finalmente fueron quemadas en público. Sin embargo, ambas publicaciones reafirmaron su condición de historiador y de filósofo, respectivamente.

El siglo XVIII, caracterizado por la aparición de la Enciclopedia como instrumento de la Ilustración, acogió a Voltaire con sus ideas libertarias tomadas del modelo permisivo de los ingleses. Consagrado ardientemente al trabajo de la Enciclopedia, Voltaire cultivó el teatro, la novela, la historia y la filosofía. Son obras suyas ‘El siglo de Luis XIV’, ‘Diccionario filosófico’, ‘Zaïre’, ‘Cuentos filosóficos’ y ‘Merope’. También es autor de ‘Mahoma o El fanatismo’ (1741), ‘Tratado sobre la tolerancia’ y ‘Cándido o El optimismo’ (1759), condenada en Ginebra. Como filósofo Voltaire se interesó por el aspecto pragmático de la vida más que por el razonamiento especulativo y dogmático. En cuanto a su faceta de historiador, era crítico y predicaba que había que estar bien informado. Pero como buen burgués, aceptaba las desigualdades sociales. Afirmaba que la revolución debía hacerse desde arriba, ya que el pueblo no tenía preparación. Entre las numerosas obras que hablan de este escritor hay una novela titulada ‘El corazón de Voltaire’, de Luis López Nieves; en ella se pone en duda, en forma irónica, que el controvertido autor haya tenido dentro de su pecho ese órgano vital, generador de comprensión y amor por el prójimo.

Vale la pena destacar la permanente lucha dialéctica que el escritor sostuvo con Juan Jacobo Rousseau. Pero también conviene reconocerle la paternidad de algunas frases que a veces escuchamos sin saber que corresponden al pensamiento de Voltaire: “Quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por dinero”. “La idiotez es una enfermedad extraordinaria; el enfermo no es quien la padece sino los demás”. Y para concluir, estas dos afirmaciones lapidarias del filósofo y poeta enciclopedista cuya actualidad no desaparece con el tiempo: “No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defendería con mi vida tu derecho a expresarlo”; y “Es peligroso tener la razón cuando el gobierno está equivocado”.


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