La decadencia de un imperio

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jesús Iguarán Iguarán

Jesús Iguarán Iguarán

Columna: Opinión

e-mail: jaiisijuana@hotmail.com


El inconformismo más notado del pueblo cubano data desde el inicio de la dictadura de Fidel Castro, debido a que la fortaleza de Castro en el poder contra sus opositores fue asombrosamente magnánimo en los castigos, cualquier asomo de rebeldía era inexpresivo, sin embargo, aún lleno de frustraciones el pueblo no exteriorizaba su adaptaciones a los valores, morales y políticos establecido por el régimen, pues Castro instauró que la oposición en la isla era absolutamente  intolerable, esta decisión opacó cualquier intento de desafío a la autoridad, la elocuencia a pesar de que ardía debió guardarse en silencio extremo, los fusiles como dedo en medio de la boca, emitían gestos de mutismo.

Envenenados por las doctrinas disociadoras y excitados al desbordamiento de las que ejerce la tiranía sobre la isla, en apenas un lustro de su mandato, 5 mil ciudadanos decidieron huir del yugo castrista abandonando la isla por la población de Camarioca para instalarse en Miami.

En el año 1981 un grupo de civiles con pleno conocimiento que la nación peruana mantenía tensas relaciones con el gobierno de Fidel, con el objetivo de solicitar asilo político entraron a la embajada en un confuso incidente, el centinela de la embajada, Pedro Ortiz, recibe un balazo en su cabeza causándole la muerte camino al hospital. En respuesta toma Fidel amenaza a la embajada con retirar la protección si no entrega a los asaltantes, la embajada se niega y Castro en represalia hace público que todo el que quiera asilarse en la embajada podrá hacerlo sin admitir réplica de castigo. En respuesta a las apreciaciones del mandatario cubano, la población se desborda hacia un éxodo masivo, en pocos días cerca de 11.000 cubanos se refugiaron en los jardines de la embajada, ante esa reacción, el gobierno anunció la apertura del puerto de Mariel, para quien quiera emigrar del país y autoriza a los exiliados en Miami que pretendan recoger a sus familiares, atraquen sus embarcaciones en el puerto de Mariel y se lleven a todo lo que quieran.

Una inmensa mayoría de ilustres cubanos, que desearon cambiar las angustias del   hambre insatisfecha, la desolación por la esperanza, el dolor, por el alivio, abandonaron felizmente la isla para instalarse en Miami, según datos conocidos más de 125.000 salieron del puerto de Mariel, cifra que superó 25 veces el éxodo de Camarioca en el año 1965. La emigración cubana registró otros tantos que salieron volando. Debido al agotamiento de las naves muchos se arriesgaron en pequeñas embarcaciones desafiando la muerte, ante la amargura del azote dictatorial. 

 Las protestas de este domingo en la isla parecen ser el resultado de un “hartazgo” acumulado de la población que se ha acrecentado tras una de las mayores crisis económicas y de salud que ha vivido la isla desde el llamado “periodo especial”. 

El pueblo cansado de enigmas y frases equivocadas, los programas que le presentaban no dejaban de ser utopías que encierran ciertas elasticidades que originan dudas y desconfianza, aquella elocuencia reprimida que el pueblo conservaba por años estalló en grito de libertad, suministrando exclamaciones de “abajo la dictadura”, los cubanos no pudieron ocultar su mutismo y se lanzaron a las calles en una veintena de ciudades y poblados.

El presidente Miguel Díaz-Canel, para el freno de la extensión de manifestantes, ha utilizado el mecanismo de las dictaduras reclutando niños y adolescentes en fuerza de choque contra los manifestantes, obligándolos a salir a las calles a enfrentar a la muchedumbre insatisfecha, que se extendido por todos los rincones de la isla como incendio alimentado por el viento.

El mandatario cubano además de enfrentar la avalancha del anticonformismo del pueblo debe afrontar a más de 6.700 infectados por la Covid 19 y tratar de simplificar el número de muertos que cada día se muestra mayor.

De manera, que la crisis en el país, que el mundo Latinoamérica del socialismo, sostenía como la inspiración de Dios en el universo de las gobernaciones y los cubanos como los decorosos de la creación, pasan por grandes dificultades que sólo con la iluminación de Dios la pueden superar.

  Esperemos pues, que con esta emancipación la isla logre pronto la libertad y aquella cosecha que todos esperamos, de verdad y de justicia.