Propósitos para el 2021

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Cecilia Lopez Montaño

Cecilia Lopez Montaño

Columnista Invitada

e-mail: cecilia@cecilialopez.com



Ninguno de los buenos propósitos que todos quisiéramos adoptar son fáciles. Nos pesa lo que ha sido el 2020 lleno de dolor para muchos, de desesperanza para otros y de angustia para todos.

La muerte de seres queridos; el distanciamiento de miembros de la familia regados por el mundo; las crisis económicas de muchos; la impotencia ante circunstancias adversas, son todos elementos que terminan por eliminar o por lo menos minar la esperanza.

Pero la vida sigue y los que tenemos la fortuna de haber sobrevivido hasta ahora, tenemos que buscar la forma no solo de poner buena cara sino de tratar de ayudar a crear un mejor clima de convivencia. Es en esa tónica que vale la pena proponer algunas actitudes para que el 2021 sea más fácil de vivir.

No insultar: parece mentira, pero los colombianos nos hemos acostumbrado a expresar de esta manera nuestras diferencias. Nosotros que nos caracterizábamos por ser amables ahora nos ha invadido la agresividad verbal. Se ha vuelto la norma para descalificar a quienes no coinciden con nuestras ideas cuando hay formas mucho más inteligentes de expresar nuestros desacuerdos.

Tener paciencia: hay muchas razones para perder esa virtud, pero el futuro no es tan claro como quisiéramos porque nadie tiene la certeza de lo que vendrá después de ser víctimas de este mal global que es la pandemia. Pero la verdad, es que por salud mental es necesario ir viviendo el día a día con la idea de que el mundo entero en la medida de sus posibilidades trabaja por encontrar una mejor forma de vivir estas incertidumbres.

No aislarse: parecer que encerrarse en sí mismo podría ser la forma de quitarse la angustia, pero la verdad es que cada día la vida toma un ritmo más acelerado y es necesario entender lo que está sucediendo. Participar en estos debates de acuerdo con las posibilidades de cada uno, es una mejor forma de vivir al día sobre los cambios que de alguna manera se dan, unos positivos y otros no; esta puede ser una manera de atacar el aislamiento que nos ha impuesto la pandemia.

Pensar en los demás: es una forma de desarrollar al máximo la solidaridad, una virtud que es fundamental en momentos difíciles. Encerrarse en la realidad que vivimos produce mucha angustia mientras que reconocer la necesidad de otros con menos suerte nos ubica y nos vuelve generosos.

Reconocer lo que tenemos: la pandemia ha obligado al mundo a centrarse en la familia y a buscar mejores formas de convivencia. Es verdad que esto no es fácil de lograr cuando se vive en condiciones precarias como les sucede a millones de personas que sufren condiciones de pobreza e indigencia. Esto estimula nuestra generosidad en la medida de nuestras posibilidades lo que genera ese tipo de satisfacciones que elevan el espíritu.

Mirar hacia el futuro: aunque no es nada claro, si nos da la posibilidad de establecer rutas de acción porque es poco lo que podemos hacer sobre el pasado distinto a tratar de entenderlo para poder aceptarlo. Pero el futuro siempre va acompañado de alguna dosis de esperanza.

Son solamente unas respetuosas sugerencias para decirle a mis lectores: Todo lo mejor para el 2021.