Guajira humanitaria

Columnas de Opinión
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"La financiación de proyectos departamentales y municipales relacionadas con infraestructura vial, medio ambiente y suministro de agua no han tenido el impacto social que las comunidades afectadas esperaban"

Las estadísticas como instrumentos que ayudan a explicar condiciones regulares o irregulares, de cómo se han invertido los recursos del programa presidencial Colombia Humanitaria, sino se ve confrontado con la realidad, no dejan de ser más que distractores para quienes la emplean.

Respecto a la ola invernal de mediados y finales de 2010, las familias colombianas sufrieron múltiples calamidades por la no advertencia previa de la autoridad departamental y municipales, ni la prevención que debieron tener radicado en la ausencia de planificación que contrarrestaran la información que se tenía frente a la temporada de lluvias.

Decretada la urgencia manifiesta, el camino se encontraba expedito para presentar planes de choque que llevara a la reparación definitiva y mitigación dentro de la emergencia invernal que damnificó un número aproximado de 20 mil familias, para lo cual el Gobierno Nacional dispuso a través de la Ministra de Relaciones Exteriores -como madrina- se hiciera el seguimiento de las afectaciones causadas por el invierno.

Los más de $17.000 millones de pesos que aprobó el Presidente Santos para la financiación de proyectos departamentales y municipales relacionadas con infraestructura vial, medio ambiente y suministro de agua no han tenido el impacto social que las comunidades afectadas esperaban, dado que en vísperas de una nueva "ola invernal" no se ha atenuado el sufrimiento anterior y ya se avizora la temporada de 2011.

Es momento que el gobierno departamental y los municipales logren responder a las necesidades de los damnificados, ya que su situación se volvería mucho más precaria si esos recursos provenientes de la solidaridad de los colombianos y de la comunidad internacional no se destinan específicamente a satisfacer las penurias que han atravesado por más de un año, y su utilización ahora, se convierta en mecanismo de coerción electoral para la inversión social que repare su injusta carencia, repito por la falta de planificación frente a la temporada invernal.

El reto en palabras de la Contralora General de la República Dra. Sandra Morelli "es la vigilancia en tiempo real de la utilización de los recursos públicos destinados a atender la emergencia invernal, efectuando seguimiento y control a la contratación, dado que estos rubros pueden desviarse para procesos electorales" dejando a las familias afectadas en estado de indefensión frente a los fenómenos naturales.

Seamos más humanitarios con nuestros amigos y paisanos que sufrieron los embates del invierno, donde encontramos ancianos, adultos y niños y evitemos que se malversen las ayudas humanitarias en acciones para lo cual no se convocó al pueblo colombiano.

Esa pobreza circundante es un reproche y no debería dejar dormir a quienes orientan los gobiernos mientras subsista, para remediarla y arrebatarle sus víctimas.

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