El almirante Padilla: insigne camaronero

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Escrito por:

José Vanegas Mejía

José Vanegas Mejía

Columna: Acotaciones de los Viernes

e-mail: jose.vanegasmejia@yahoo.es



El 24 de julio de cada año los amantes de la historia de Colombia recuerdan el nacimiento de Simón Bolívar, acaecido un día como ese en 1783. Poco o nada se oye hablar del aniversario de una batalla decisiva librada en aguas venezolanas, territorio de la Nueva Granada en esa época. Mucho menos se destaca la participación valerosa y temeraria de un compatriota, verdadero héroe de nuestra Independencia: José Prudencio Padilla. Es importante mencionar la Batalla Naval del Lago de Maracaibo, considerada por muchos historiadores como la verdadera consolidación de la independencia de la Nueva Granada. Pero no se puede hablar de ese conflicto bélico sin exaltar la figura del ilustre riohachero.

José Prudencio Padilla nació el 19 de marzo de 1784 en la población de Camarones, jurisdicción de la ciudad de Riohacha, Guajira. Desde los diecinueve años ingresó a la Real Armada Española y combatió cuando España se enfrentó al poderío británico en la famosa Batalla de Trafalgar, en 1805. Allí, al perder España, Padilla fue tomado prisionero pero luego indultado en 1808.
En 1813 Padilla conoció a Bolívar y por su intrépida acción en la batalla naval de Tolú fue ascendido a alférez en 1815. Ese mismo año comenzó su rivalidad con el criollo venezolano Mariano Montilla, quien siempre lo indispuso con Bolívar hasta conseguir que lo condenaran como traidor. Entre los numerosos combates librados por Padilla está la batalla naval de los Frailes en mayo de1816. Actuó como segundo del almirante Luis Brión en la toma de Riohacha así como en las batallas de Laguna Pelá, Pueblo Viejo, Tenerife, La Barra, Ciénaga de Santa Marta y San Juan. Padilla, por su gran popularidad en Cartagena, fue elegido senador de la Gran Colombia en 1822. Muchos afirman que José Prudencio Padilla es el auténtico Libertador del Caribe. Con la Batalla Naval del Lago de Maracaibo, el 24 de julio de 1823, se selló casi definitivamente la independencia venezolana y neogranadina.

¡Mariano Montilla! ¡Siempre Montilla! En 1828 este general venezolano logró influir sobre Bolívar al vincular a Padilla con la conspiración de septiembre: el Libertador ordenó el fusilamiento del Almirante. Se dice que Bolívar temía que Padilla promoviera una guerra racial, dado que el riohachero tenía gran ascendencia entre los ‘pardos’, negros, mestizos e indios. Esta es la opinión de la historiadora Aline Helg en su obra “El general José Padilla: un itinerario militar y político en la construcción de la Nueva Granada independiente” (2011): “La popularidad de Padilla se debía no solo a su carácter como héroe naval sino a sus aspiraciones a la igualdad racial dentro de la élite”. Sabido es que el ilustre riohachero sufrió exclusión social por su ascendencia ‘parda’. Por su parte, Jesús C. Torres Almeyda, en relación con la supuesta participación de Padilla en el atentado contra Bolívar, dice en su libro “El almirante José Padilla, epopeya y martirio” 1981: “Padilla permaneció en prisión hasta los acontecimientos que desencadenaron la Conspiración septembrina. […] Algunos conjurados le propusieron liberarlo y nombrarlo como jefe, lo cual rehusó, volviendo a su alojamiento (prisión)”.

De nada serviría ya el arrepentimiento de Bolívar, confesado por escrito a Pedro Briceño Méndez: “Lo que más me atormenta todavía es el justo clamor con que se quejarán los de la clase de Piar y Padilla. Dirán con sobrada justicia que yo no he sido débil sino en favor de ese infame blanco [Santander], que no tenía los servicios de aquellos dos famosos servidores de la patria”. Este testimonio borra cualquier duda sobre la lealtad del Almirante Padilla.