Día de inauguraciones

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Carlos Escobar de Andreis

Carlos Escobar de Andreis

Columna: Opinión

e-mail: calli51@hotmail.com


Las inauguraciones de un par de obras muy significativas para el país tuvieron lugar el pasado 20 de diciembre en las horas de la mañana. Una, sobre la Gran cuenca del Río de La Magdalena entre las riberas de Soledad – Atlántico y Palermo – Departamento del Magdalena y la otra, en territorio paisa en pleno corazón de “Medallo” en el distinguido barrio El Poblado, donde vivía el capo de capos Pablo Escobar Gaviria.
La primera, una mega obra mediante la cual se busca, cual país rico, resarcir un error técnico garrafal de un gobernante que no pensó en la navegabilidad ni en la posibilidad de nuevos puertos fluviales río arriba. Y la segunda, para resarcir a más de 45 mil víctimas del terror que sembrara el Cartel de Medellín por toda Colombia.

Obviamente el “Puente Pumarejo”, como bautizaron la mega obra, no es de Soledad ni de Sitionuevo, es de los barranquilleros y, lo que quedará del Puente –ahora sí- “Laureano Gómez”, después de cortar el pedazo que impide el paso de las naves de altura y si acometan los desarrollos urbanísticos y turísticos con los que fantasean, también. Así como el Museo que se construyó en los cinco mil metros cuadrados que ocupaba el edificio Mónaco no será de las víctimas que ya no están, será de los antioqueños.

Con esto, quiero decir que de ahora en adelante el Puente Pumarejo será lo que fue desde su inauguración en 1974 el puente Laureano Gómez para los barranquilleros: símbolo de progreso y desarrollo, junto con el Puerto y la poca industria que queda en segundo plano. Por su parte, el Museo que recoge la memoria histórica de masacres y asesinatos perpetuados por Escobar será el borrador de goma con el que intentarán arrancar esa imagen de “ciudad violenta” que no se han podido quitar ni con jabón de bola. Aparecerán nuevos afiches y videos promocionales con el puente recién inaugurado en primer plano, lo mismo que el Museo de los Recuerdos para constatar, así sea de palabra, que “jamás volverán a fraguar aquellas gestas oscuras” de narcotráfico y paramilitarismo.

Me sorprendió no ver al Presidente Duque cortando cinta en el Museo de su tierra y me sorprendió más verlo muy orondo echando tijeras en la apertura del “Puente de Barraquilla”. ¿Qué sería? ¿Otra falla de la gente que maneja su protocolo, porque esta obra la inició su nuevo mejor enemigo, el ex presidente Santos? ¿Algún interés específico? Me puse a pensar un poco y, después de ver paseándose por la plataforma inaugural al ex vicepresidente Germán Vargas Lleras, concluí que todo era claro. El primer mandatario de la Nación quería mandar un mensaje a Alex Char, al alcalde de la ciudad más promocionada con la más alta opinión favorable (84%), por intermedio de su jefe de CR, diciéndole en el más fino costeño: “…ombe cuadro, anímate, Colombia te aclama…, como me aclamó a mí.”

La foto de “los ganadores” en El Tiempo, reafirmó mis sospechas. De pie, el Presidente y Vargas muy pegaditos rodeados de Name de la U, Cepeda del PC (Partido Conservador, no confundan) y Mauricio Gómez del Liberal de Gaviria y, en el piso, cual artilleros esperando ser alineados, Verano Gobernador y el “Hombre de la Cachucha”. Del mismo modo que Fuad en una extraña lucidez le recomendó a Duque que “zafara a los liberares y llamara en cambio a los de Cambio para materializar el pacto partidista soñado que le diera paso a las reformas en el Congreso” y así, allanar de paso el camino a las aspiraciones silentes del hijo amado. Feliz Navidad.