Último adiós a Charles Aznavour

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Escrito por:

José Vanegas Mejía

José Vanegas Mejía

Columna: Acotaciones de los Viernes

e-mail: jose.vanegasmejia@yahoo.es



El compositor, cantante y actor Charles Aznavour falleció el 1 de octubre de este año. En sus momentos de éxito tuvo a su lado, a partir de 1967, a su tercera esposa, la ex modelo sueca Ulla Thorsell. Ella fue, según Aznavour, el amor de su vida. Tenía diecisiete años menos que él. Afirmaba el cantante: “No diría que me ha cambiado, ya que para mí es difícil cambiar, pero sí que me encaminó en la buena dirección”. En efecto, después de dos matrimonios Aznavour se casó con Ulla y tuvo tres hijos. Más de cincuenta años de convivencia le permitieron afirmar: “La primera vez yo era muy joven; la segunda vez era demasiado estúpido; al final, me casé con una mujer que tenía una cultura diferente y con ella aprendí, entre otras cosas, el significado de la tolerancia”.

     Aznavour nació el 22 de mayo de 1924 en París. Su nombre de pila era Shahnourh Varinag Aznavourian. Vino al mundo mientras sus padres, armenios, esperaban en la capital francesa una visa para viajar a los Estados Unidos. Su padre fue cantante y algunas veces restaurador de obras de arte; su madre fue actriz, aunque no descolló en esta actividad. La afección en una de sus cuerdas vocales dio origen a una voz algo áspera, defecto que Aznavour convirtió en una de sus características. A los nueve años debutó en una pieza de teatro titulada ‘Un bon petit diable’ (‘Un buen diablillo’) y en la película ‘La guerre des gosses’ (‘La guerra de los gamines’). Cuando era adolescente bailó en clubes nocturnos y vendió periódicos. El éxito de Aznavour fue muy lento. Escribía sus canciones, que la radio francesa consideraba demasiado atrevidas y, como consecuencia, fueron prohibidas por lo menos durante una década. Con la compañía dirigida por la cantante Edith Piaf realizó una gira exitosa por los Estados Unidos. En 1956 viajó a Casablanca, África, como integrante de una compañía de vodevil. Su papel fue tan destacado que terminó siendo cabeza de cartel. En 1958 ya su nombre era tenido en cuenta. Aznavour fue un artista integral, pues su participación en el cine, bajo la conducción de grandes directores, dejó para la historia del séptimo arte numerosas películas, como ‘La cabeza contra la pared’, ‘El testamento de Orfeo’ y ‘El tambor de hojalata’. Sin embargo, su pasión siempre fue la música.

     Aznavour decía de sí mismo que era “un compositor que también cantaba”, aunque no podía evitar que se lo comparara con Frank Sinatra y con el francés Maurice Chevalier. No en vano es el artista francés de conciertos más famoso: sus canciones de amor agridulce encarnan la esencia de la canción popular francesa. Es, no cabe duda, un ícono de la cultura popular de Francia por excelencia. Cantaba en francés, inglés, italiano, español, ruso y armenio. Son conocidísimas sus canciones ‘La bohemia’ (‘La bohème’), ‘Venecia sin ti’ (Que c’est triste Venice’), ‘Y por tanto’ o ‘Y sin embargo’ (‘Et pourtant’), ‘Los emigrantes’ (‘Les émigrants’), ‘Ella’ (‘Elle‘), ‘Lléveme’ (‘Emmenez-moi’) y ‘Quién’ (‘Qui’). Lástima que el cantante no acertara cuando dijo en Madrid, hace dos años: “La vejez corre detrás de mí y, aunque le cuesta, me alcanza, pero me niego a envejecer. Llegaré a los cien años y daré un concierto”.

     En los años 70 Aznavour cantó ‘Mourir d’aimer’ (‘Morir por amar’), tema que hace alusión al suicidio de una maestra en 1969 después de tener relaciones amorosas con un alumno. El presidente de Francia, ante la muerte del cantante, expresó: “Charles Aznavour acompañó las penas y las alegrías de tres generaciones. Sus obras maestras, su timbre, su brillo único le sobrevivirán mucho tiempo”. La Torre Eiffel permaneció iluminada la noche del lunes pasado como homenaje al ilustre desaparecido.



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