El periodismo y su día en febrero

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Vanegas Mejía

José Vanegas Mejía

Columna: Acotaciones de los Viernes

e-mail: jose.vanegasmejia@yahoo.es



El 9 de febrero de cada año se conmemora el Día del periodismo, noble actividad del intelecto y la cultura. Hasta hace algunos años el periodista verdadero no se formaba en universidades: le bastaba tener las aptitudes que el ejercicio demanda y agregar a ello un conocimiento de temas generales y adecuado manejo del lenguaje. Más tarde aparecieron las facultades de periodismo, las cuales en muchos casos solo satisfacen las aspiraciones de jóvenes a quienes llama la atención la práctica de este ágil oficio pero no siempre pueden corregir defectos que muchos nuevos profesionales nunca superaron en sus estudios de la educación media. Para abarcar un campo más extenso en el desarrollo de las funciones de sus egresados, muchas de estas universidades ampliaron la cobertura de sus programas y pasaron a brindar títulos al amparo de una nueva denominación: Comunicación social. Lo que parece ser cierto es que el antiguo periodista, aquel que ejercía por vocación, con suficientes conocimientos a cuestas y previamente dotado con los elementos que brinda el lenguaje, vio restringido su campo de acción y encontró cada día menos posibilidades de moverse entre los modernos medios de comunicación. Claro está que ese tema, para tratarlo, merece más tiempo y espacio.

Para destacar las bondades del periodismo hay que referirse, por obligación, a la imprenta. Ese monstruo que hoy llamamos periodismo no existiría si antes no hubiera aparecido el papiro. Se entiende que hablamos solo del periodismo escrito, pues, en forma paralela la radio, inventada posteriormente, tiene tanta importancia que merece un capítulo aparte. Sin la invención de la imprenta no tendríamos ahora periodismo. A mediados del siglo XV apareció Johannes Gensfleish, llamado Gutenberg, un alemán nacido en Maguncia alrededor del año1400. Pero contrario a lo que se cree, Gutenberg no inventó la imprenta original; perfeccionó algunas técnicas hasta conseguir un procedimiento tipográfico que permaneció, con pocos cambios, hasta inicios del siglo XX. Además, Gutenberg remplazó la madera por el metal. En esencia, esa es la impresión tipográfica con tipos móviles metálicos, la que a la postre dio origen al libro moderno. Laurens Janszoon Coster, un impresor de Haarlem, en Países Bajos, inventó los tipos móviles dos décadas antes que Gutenberg. Se afirma que la producción de libros durante los primeros cincuenta años después de los aportes de Gutenberg fue superior a la de los mil años anteriores.

Pecaríamos de ingratos si al hablar del periodismo en Colombia no mencionásemos a don Manuel del Socorro Rodríguez, quien nació en Bayamo, Cuba, en 1758. En 1790 se trasladó a Santafé de Bogotá. Fue nombrado bibliotecario público, cargo que ocupó hasta su muerte. Fundó la tertulia ‘Eutropélica’ en el seno de la cual surgió el periódico ‘Papel periódico de Santafé de Bogotá’ en 1791; este fue el primer periódico fundado en el país. En 1785 habían aparecido dos publicaciones que no tuvieron el carácter de periódicos: ‘Aviso del Terremoto’ y la ‘Gaceta de Santafé’.

En Colombia, por otra parte, el periodismo ha estado ligado a la actividad política; también a la difusión de opiniones, a la crítica y a la promoción de la cultura. La literatura ha encontrado invaluable apoyo en el periodismo. El periodismo ha sido taller y escuela para grandes escritores, no solo en Colombia. Sin embargo, si nos circunscribimos a nuestro país, el ejemplo más destacable lo constituye Gabriel García Márquez, quien siempre se ha considerado más periodista que escritor. ¡Sirva esta nota para corregir errores frecuentes en nuestro periodismo local y nacional!