“Ponte la camiseta; no te la coloques”

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Vanegas Mejía

José Vanegas Mejía

Columna: Acotaciones de los Viernes

e-mail: jose.vanegasmejia@yahoo.es



La frase que da título a este artículo la escuchamos en una emisora hace unos días. Su redacción atrajo nuestra atención porque seguramente el autor de la misma sabe exactamente que la palabra ‘poner’ está padeciendo los embates del verbo ‘colocar’. Cada vez que juega nuestra selección de fútbol las ciudades colombianas amanecen tachonadas con las camisetas amarillas que nos identifican. Consideramos que se trata de un nacionalismo sano que nadie ha impuesto. Simplemente, una sensación diferente, difícil de explicar, nos invade hasta cuando termina el evento programado. Y aunque no portemos en el pecho esa importante divisa, todo el día sentimos el peso de la camiseta; es decir, mentalmente la llevamos puesta.


Ya era hora de que algún medio de comunicación saliera en defensa del desprotegido ‘poner’. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española nos ilustra sobre las cuarenta y siete acepciones que tiene ‘poner’ mientras que ‘colocar’ solo tiene unas cuatro, especialmente las relacionadas con inversiones en bolsas de valores. Así, pues, es correcto decir “Fulano ‘colocó’ acciones en tal empresa”; pero querer emplear para todo el verbo ‘colocar’ puede inducirnos a error. Como dato estadístico, un lector encontró que en Cien años de soledad García Márquez utilizó 167 veces formas del verbo poner. En cambio colocar y sus derivados aparecen solo 8 veces en esa obra.

¿Por qué tanto temor al uso de ‘poner’? No tienen la culpa quienes crecieron bajo la observación perentoria de sus amables maestras de escuela. Ellas reprendían a esos niños si se atrevían a decir, por ejemplo: “Puse mi cuaderno en el maletín”. Se apresuraban las ‘seños’ a remachar sobre ese verbo y procuraban que los demás estudiantes oyeran la supuesta corrección: “De manera que usted ‘puso’. Las que ‘ponen’ son las gallinas”. Y se quedó para siempre esta frase en la memoria de los infantes. Pero a estas alturas, cuando ya no somos infantes y tenemos la certidumbre de que el verbo ‘poner’ no es exclusivo de las aves de corral, no hay razón para enviarlo al ostracismo. La recomendación es que acudamos a rescatarlo. Porque usted puede, por ejemplo, ‘ponerse’ pálido por un susto pero le queda mal ‘colocarse’ rojo de la rabia.

Una vez, en una entrevista deportiva un futbolista afirmaba que no había motivos para que sus compañeros se ‘colocaran’ nerviosos frente a un equipo más poderoso. Otro ejemplo es el de muchos sacerdotes que en un momento determinado de la misa solicitan a sus feligreses “colocarse de pie”. En esta columna periodística la palabra ‘poner’ y sus derivadas aparecen quince veces. Puede parecer una exageración abundar y ahondar en el tema, pero la finalidad de tanta exigencia es conseguir que se tenga en cuenta el uso de dicho vocablo, sin pretender la eliminación del manoseado ‘colocar’.

Como puede observarse desde el comienzo de este artículo, un título periodístico ha marcado el contenido del texto. Gracias, pues, a los periodistas que esta vez nos dieron la idea inicial. Por otra parte, así como hemos criticado usos incorrectos difundidos por muchos comunicadores, en este caso agradecemos la cordial invitación. No olviden nuestros lectores que los colombianos estamos a la espera de muchos acontecimientos que en épocas futuras se considerarán históricos, no solo en el campo del deporte. Es necesario, pues, que estemos preparados para celebrar cada uno de ellos con la camiseta puesta, bien puesta, no colocada.