Esta semana se aprobó en primer debate la iniciativa de la senadora Viviane Morales, que busca promover un referendo que permita la adopción de menores de edad solo a parejas heterosexuales y prohíbe que las parejas del mismo sexo o las personas solteras, puedan convertirse en adoptantes.
Durante el debate, el argumento de fondo giró alrededor de la idea de que en una democracia, las mayorías son las que imponen su voluntad. En otras palabras, que el “estado de opinión” debe imperar sobre el Estado de Derecho, cuando las mayorías lo respaldan.
Nada más distante del espíritu de nuestra Constitución. La razón por la cual la Constitución de 1991 declaró a Colombia como un Estado Social de Derecho y puso normas rígidas a la elaboración de referendos, fue porque a través de ellas, se impedía la utilización de mecanismos de participación ciudadana para recortar libertades individuales o para profundizar desigualdades sociales.
En otras palabras, la racionalidad detrás de un Estado Social de Derecho, a diferencia de la de un estado de opinión, no es el principio de las mayorías sino por el contrario, es la idea de que los derechos fundamentales son una limitación al principio de las mayorías y que el juez constitucional está obligado a asumir la vocería de las minorías olvidadas para garantizar sus derechos.
Lo que sucedió en este debate legislativo, es un hecho frente al que no puede quedarse callado el Partido Liberal. Las banderas del liberalismo han sido siempre la tolerancia, la inclusión de la diferencia y el respeto a la disidencia, aquí torcemos esos principios fundadores para atacar los derechos de las minorías. Nada más antiliberal.
Y es precisamente porque la defensa de las minorías ha sido causa liberal, desde la época Republicana de Colombia, que no podemos permanecer en silencio, ni pasar de agache.
Hoy reclamo de mi partido que haya un pronunciamiento institucional sobre este proyecto de referendo, porque está en juego el que pueda imperar sobre el estado de derecho, el llamado estado de opinión. Yo, voté negativamente el proyecto de referendo porque creo que mi papel en el Congreso es velar por el respeto y las garantías de las minorías. Esas mismas razones me llevarán a seguir movilizando ideas para que solteros no pierdan su derecho a adoptar, para que le hagamos justicia a la realidad de la familia extensa en Colombia y no discriminemos a la población Lgbti.