Sobre el ‘Negro’ Candelario Obeso

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Vanegas Mejía

José Vanegas Mejía

Columna: Acotaciones de los Viernes

e-mail: jose.vanegasmejia@yahoo.es



El escritor, poeta y dramaturgo Candelario Obeso nació en Mompox, Bolívar el 12 de enero de 1849. Hijo natural del abogado liberal Eugenio María Obeso y de María de la Cruz Hernández, lavandera. Sus estudios primarios los cursó parcialmente en el Colegio Pinillos, de Mompox. Obtuvo una beca para el Colegio Militar fundado por Tomás Cipriano de Mosquera. Ingresó a estudiar ingeniería en la Universidad Nacional; luego pasó a la facultad de derecho pero después de dos años abandonó los estudios. Obtuvo el título de maestro y regresó a su tierra natal para ejercer la docencia. Fue maestro en la región de La Mojana y se desempeñó como Tesorero municipal en Magangue. Regresó a Bogotá. Colaboró en varios periódicos y revistas.


Candelario Obeso tuvo una vida privada bastante agitada. Sostuvo varios lances en los cuales no siempre salió bien librado: en una ocasión resultó herido en una mano.

De la producción literaria de Obeso destacamos el libro ‘Gramática de la lengua castellana’; la novela ‘La familia Pygmalión’, de género satírico y los ‘Cantos populares de mi tierra’, poemario inspirado en la vida y sentimientos de los bogas del río Magdalena, obra que permite reconocerlo como fundador de la poesía negra en Colombia e Hispanoamérica. Su obra de teatro ‘Secundino el zapatero’, (1880), es un drama moralizante y de costumbres. El poema ‘Lucha de la vida’, (1882), es un trabajo autobiográfico.

Solo en las primeras décadas del siglo XX los temas sobre las culturas africanas adquirieron importancia. Se abrió el debate sobre la poesía negra. Entonces la obra de Obeso empezó a ser estudiada, mucho antes de que aparecieran las producciones del cubano Nicolás Guillén (‘Negro bembón’, ‘Sóngoro cosongo’) y del portorriqueño Luis Palés Matos (‘Tuntún de pasa y grifería’). Candelario Obeso se vinculó activamente a luchas políticas. Rafael Núñez lo envió como cónsul a Tours, Francia; Manuel Murillo Toro lo nombró intérprete nacional en Panamá. Su permanencia en Bogotá le permitió codearse con personalidades de la vida literaria, entre ellos Miguel Antonio Caro, Antonio José Restrepo, Rafael Pombo, José María Vargas Vila y Jorge Isaacs.

Entre las salidas humorísticas del poeta se cuenta que una vez, en respuesta a la burla que le hiciera el político y más tarde presidente de Colombia, Francisco Javier Zaldúa al tratarlo de ‘macho negro’, en comparación con un asno o mulo, Obeso le contestó con los versos: “¿Soy un macho negro? / ¡Pues de ello me alegro! / Soy negro y muy macho / como dice usted. / Y siempre prefiero / ser un macho negro / a ser un burro blanco / como su merced”.

El 29 de junio de 1884, mientras revisaba una pistola Remington, Obeso se causó una herida de bala en el estómago. El 3 de julio falleció en Bogotá. De ser cierta esta versión, no sería correcto afirmar que el poeta se suicidó, puesto que esta forma de perder la vida requiere el pleno consentimiento de la víctima. A su sepelio asistieron distinguidas personalidades de la política y las letras de la capital. A raíz de este episodio surgió el chiste según el cual el poeta habría dicho: “Disparé al blanco pero le di al negro”. Es posible que no se conozca suficientemente la obra de Candelario Obeso; pero no le negaremos la autoría de los famosísimos versos: “¡Qué trijte que ejtá la noche / la noche qué trijte ejtá! / Nu hay en er cielo una ejtreya.../ ¡Remá!, ¡remá!”, de su muy conocido poema “El boga ausente”.