La crisis de los ganaderos

Columnas de Opinión
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Han sufrido la mayor parte de los secuestros, asesinatos, robos y despojos de tierras por parte de la guerrilla, viven expuestos a la inclemencia del clima, a los mal negociados TLC y al abandono del Estado.


Los ganaderos del país (unos 450.000), quienes producen alrededor de 6.400 millones de litros de leche y 900 mil toneladas de carne anuales, están pasando por un momento difícil. Su gremio se quedó sin interlocución ante el Gobierno Nacional, le quitaron el manejo del Fondo Nacional del Ganado, los programas de trazabilidad e inocuidad ganadera y las ayudas en asistencia técnica y transferencia de tecnología. Para rematar, las pocas lluvias, sumadas a los altos costos de producción (por la trepada del dólar) y los bajos precios del mercado (por las importaciones sin arancel de leche en polvo y carnes) les ha disminuido la rentabilidad de sus negocios.
Obviamente, esta tormenta perfecta venía formándose tiempo atrás. Todo comenzó por la política agraria y de tierras negociada por parte del Gobierno con la guerrilla de las Farc en La Habana. Los registros oficiales indican que el 40% de los colombianos secuestrados y el 60% de los civiles muertos como consecuencia del conflicto armado en el país, son ganaderos, finqueros y empresarios con una relación directa con el campo. Para Lafaurie, era inadmisible que quienes secuestraron y asesinaron a miles de ganaderos y agricultores del país, fueran los que impusieran la nueva política agraria y de tierras. Y peor aún, sin tener en cuenta las recomendaciones de los gremios de la producción agropecuaria. Grave error del Gobierno.
Las directivas de Fedegan también se equivocaron al pretender darle manejo político a un tema gremial. De hecho, el presidente Santos se los advirtió en el pasado Congreso Ganadero de Santa Marta, pero hicieron caso omiso. Hoy los platos rotos los están pagando unos 320.000 ganaderos (entre 1 y 25 animales), que por no contar con un servicio de capacitación y organización con propósitos empresariales, desarrollan una ganadería ineficiente con rendimientos de 4.2 litros de leche por vaca/día, mientras sus competidores de Estados Unidos y la Unión Europea, obtienen 35 y 21 litros por vaca/día, respectivamente. Eso sí, por cada litro de leche que vendan deben consignar una cuota de fomento del 0.75% sobre el valor del litro y $17.237 por cabeza de ganado. Inequitativa corresponsabilidad.
Es hora que las directivas de Fedegan convoquen un congreso ganadero “extraordinario” para que ordenen el futuro de su negocio y del gremio. Escuchen las críticas de sus afiliados y corrijan los errores que han cometido en el pasado. Hay que ser humildes y reconocer que están en serias dificultades, y que otros pueden tener mejores ideas para darle una salida digna a esta crisis institucional y económica por la que están pasando. Fedegan es el gremio más representativo del país y necesita urgente fortalecerse para sentarse a resolver los problemas con el Gobierno Nacional y enfrentar los retos de la internacionalización de la economía.
En el tintero: Ministro Aurelio Iragorri, antes que se siniestren los créditos, urge un plan de alivio en plazos e intereses para ganaderos y agricultores afectados por fenómeno de El Niño.