Venciendo las pruebas

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Alberto Linero Gómez

Alberto Linero Gómez

Columna: Orando y viviendo

e-mail: palbertojose@hotmail.com



Las experiencias de renuncia en la Biblia son muy comunes. Especialmente para algunos personajes. Cuando predico algunas veces comparto mi primera experiencia con la Biblia, mi comprensión creciente de esa bendita Palabra que muchas veces es dura y me exige más de lo que quisiera dar pero que siempre me arroja luz sobre mi existencia para saber por donde caminar.


Recuerdo que en el Seminario, cuando leímos la terrible historia de Isaac en Génesis 22, nos preguntamos con frecuencia por qué necesitamos esas experiencias en nuestras vidas. ¿Por qué Abraham tuvo que pasar por diez pruebas diferentes para demostrar que creía en Dios? Si comparamos la primera experiencia con la décima, ¿cuál fue la más difícil? ¿Dejar lo conocido por lo desconocido?: "Y el SEÑOR dijo a Abraham: "Vete de tu tierra, de entre tus parientes y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré". (Génesis 12,1-3); u ¿ofrecer un hijo como sacrificio a Dios?: "Aconteció que después de estas cosas, Dios probó a Abraham, y le dijo: "¡Abraham!" Y él respondió: "Heme aquí". Y Dios dijo: "Toma ahora a tu hijo, tu único, a quien amas, a Isaac, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré"". (Génesis 22,1-2). En las dos pruebas Abraham tuvo que dejar algo conocido por algo nuevo para él.
Cuando debes ir hacia lo desconocido y tienes un compromiso con quien te examina, deseas pasar la prueba por más que consideres que no es justa, que es demasiado dura para ti y para tu alma, especialmente cuando eres el único que está siendo examinado. Seguro hay preocupaciones interiores, miedos, sensaciones de que no vas a hacer capaz pero no es una elección, la vida nos prueba constantemente y tenemos que estar preparados; no podemos soslayar esa situación. Lo que necesitas es darte cuenta que hay en tu corazón, en tu ser para superar esa prueba y tener la decisión de hacerlo asumiendo todos los riesgos, porque lo que viene, aunque desconocido, es lo mejor.
Sin embargo, Abraham pudo pasar el examen porque tenía algo que hoy las personas pueden haber olvidado: creía en sí mismo, sabía que podía hacer frente a cualquier cosa y así lo hizo. Además confía en el Dios que lo invita a seguir adelante, que le propone algunas renuncias, que le muestra un nuevo camino. Y esa confianza le hace renunciar a lo seguro por ir en pos de la aventura de ser más feliz. Algunos no pasan las pruebas de la vida porque les da miedo asumir una nueva propuesta de vida, dejar a un lado tantas seguridades y lanzarse en búsqueda de ser cada día mejor. No puedo estar anclado y atado a la seguridad de lo conocido que me destruye y no me deja ser feliz; hay momentos en los que necesito saber renunciar para seguir adelante. Aprender a renunciar es una difícil condición para la felicidad verdadera y tenemos que ser capaces de vivirlo superando todo miedo. Animo.



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