Siendo solidarios

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Alberto Linero Gómez

Alberto Linero Gómez

Columna: Orando y viviendo

e-mail: palbertojose@hotmail.com



Respetar es ayudar al débil y necesitado. Muchas veces se ha impuesto en nuestra sociedad que hay que montársela, maltratar, humillar y aprovecharse del débil y del necesitado.

 

No hay nada más indignante que esto. Todos merecemos respeto. No importa cuál sea el color de nuestra piel o cual sea nuestra condición social. No podemos burlarnos de aquel que se presenta débil y frágil ante nosotros.

Una experiencia que tuve que me marcó mucho fue que en mi curso de primaria había un niño muy débil, no sabía jugar fútbol, era torpe para las cuestiones físicas y era muy flaco.

Todos se la montaban y lo hacía llorar. Alguna vez trate de defenderlo delante de los otros y me agredieron, fue una experiencia dura, porque me hicieron sentir mal.

Pero al final el niño se me acercó y me dio las gracias por mi actitud y eso me hizo sentir muy bien.

Ellos no volvieron a molestarlo y yo me sentí un súper héroe. Con el tiempo aprendí que no había hecho nada extraordinario sino lo que un ser humano que sabe respetar es capaz de hacer.

No podemos unirnos a los que maltratan al otro. Ser necesitado no es su culpa y uno no sabe en qué momento de la vida nosotros vamos a ser necesitados.

Siendo adultos me volví a encontrar con ese niño que me ayudó a resolver un problema que tenía y me dijo que nunca olvido mi acción de defenderlo, entendí que en la vida todos podemos necesitar del otro en cualquier momento.

También es posible que el que sea débil físicamente sea muy fuerte en otra dimensión de la vida y eso hay que saber descubrir y valorar.

No nos creamos mejor que nadie, ayudemos al otro, al necesitado y démosle afecto y cariño. Es fundamental tener buenas relaciones con los demás. Respetar es saber ayudar al débil y al necesitado.

Una manera sutil de olvidar esto es la indiferencia. Mucha gente nos ha hecho creer que lo importante es nuestra vida y que debemos cerrarnos en nuestros proyectos sin mirar a otros. No creo en esas posturas ante la vida.

Creo en la solidaridad, en la ayuda, en el poder compartir con el que necesita. Ayudar a los demás no tiene porque ir en contra de la realización de nuestros planes.

Es necesario dar la batalla por nuestros planes y objetivos pero también es muy importante extender nuestra mano y ayudar al que la necesita.

A veces nos olvidamos del hermano y con ello lo único que generamos es un ambiente hostil y violento. Hoy te invito a dar lo mejor de ti por tus sueños pero a ser capaz de no olvidar que al lado hay otro que te necesita.

Dios nos bendice cuando sabemos dar y ayudar al hermano. Estoy seguro que la generosidad es fuente de abundancia. Y no podemos olvidarnos de los valores que nos caracterizan y uno de ellos es la solidaridad, que es una manera de ayudar al que lo necesita.

Ten la certeza de la fuerza de Dios para que puedas realizarte ayudando a los demás. Estaré orando por ti. Gracias por tu compartir.