Vida superficial

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Alberto Linero Gómez

Alberto Linero Gómez

Columna: Orando y viviendo

e-mail: palbertojose@hotmail.com



Este mundo de hoy nos ha convencido que hay que vivir para ganar. Y para ganar cosas, básicamente. Y para gastar, y para mostrarme y para acomodarnos en los grupos de triunfadores. Pero ganamos y no somos felices.

Uno ve a los grandes triunfadores de esta sociedad, a los que tienen muchísimo más dinero del que podrían gastar en toda su vida, a los que tienen tanta fama que ya no tienen una vida nunca más, a los que tienen tanto poder que se quedan solos y encerrados en su soledad; uno ve a esos y esas modelos, actores, súper deportistas y artistas, que viven sin vivir realmente.

Y lo peor es que envidiamos esas vidas. Aunque sean vacías, carentes de algún sentido profundo, nosotros las queremos. Porque creemos que ellos han ganado algo de verdad; aunque lo hayan perdido todo. Porque ya se nos olvidó lo impagable que es una noche tranquila, una sonrisa sincera, alguien que se preocupe por nosotros en una noche de enfermedad y que nos cuide porque nos ama y no porque le estemos pagando por ello.

Se nos olvidó que no tenemos que ganar lo importante, lo verdaderamente importante, porque el amor es gratuito, porque el perdón no es algo que puedo comprar, porque la fraternidad no se puede medir con ningún dinero. Sin embargo preferimos olvidar todo lo que es realmente bueno, lo que agrega sentido, porque estamos hipnotizados por la victoria del dinero, de la prosperidad, como si el mensaje de Jesús sobre la pobreza fuese algo sin sentido, poco conveniente.

La felicidad y el sentido de la vida no está en el dinero que tenemos en la cuenta del banco, ni en las posesiones suntuosas que les podemos restregar a los demás en la cara, ni en los viajes que hacemos, ni en los yates maravillosos, ni en las casas súper lujosas… Ahí no está la felicidad ni el sentido.

¡Obvio! Que gozamos esas cosas y si las tenemos debemos disfrutarlas pero esa no puede ser la razón de vivir, no se puede vivir para tener porque terminamos con cosas pero vacíos por dentro, con posesiones pero sin poder gozar los detalles de la vida, con mucho dinero pero sin el poder disfrutar los besos gratis que da la vida a quien la vive sencillamente.

Hay que vivir para ser felices, para gozarnos día tras día, para descubrirnos valiosos y disfrutar de las bendiciones que Dios nos da y que no nos cuestan nada. Es tiempo de sacudirnos de esto, de descubrir lo fundamenta y apostar por ello.

No envidies al que tiene más bien disfruta lo que tú eres. Te aseguro que hay muchas cosas gratis en tu vida que te pueden dar felicidad y que no las aprovechas porque estás obsesionado con lo que "debes" comprar. Gracias a vivir para ganar, para ganar cosas nos hemos llenado de corrupción, de atajos, de acciones no éticas que nos dan cosas pero nos quitan lo más precioso del ser, la libertad, la honestidad, la sinceridad.

Me duele que le estemos enseñando a nuestros hijos a vivir de las cosas y con ello les enseñemos a fracasar, a ser infelices y a no poder disfrutar la vida. Lamento que a punta de suntuosidades les hemos hecho creer que lo importante es la apariencia y el poder ostentar. Necesitamos revolucionar esta sociedad y comenzamos tú y yo viviendo de una manera diferente, siendo éticos y creyendo en la legalidad. Esa es la verdadera manera de vivir la fe, lo demás puede terminar en fanatismo.



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