La comunidad educativa de la Institución Educativa Antonio Escobar, ubicada en el municipio de El Banco, Magdalena, ha llegado al límite de su paciencia.
Hartos de las precarias condiciones en las que estudian sus hijos, padres de familia decidieron tomar medidas drásticas y cerrar las puertas de la sede arrendada, impidiendo el ingreso de estudiantes y docentes.
Desde hace más de tres años, los estudiantes de esta institución, anexa a la José Benito Barros Palomino, han visto cómo sus clases se desarrollan en un lugar que dista mucho de ser un entorno educativo adecuado. La sede principal, afectada por daños estructurales, fue cerrada, y desde entonces, los alumnos han tenido que adaptarse a un espacio reducido y con carencias básicas.
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