2025: Jubileo de la Esperanza

Actividad Religiosa
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El jubileo es un tiempo de gracia, perdón y renovación espiritual, en el que se obtiene la Indulgencia Plenaria, es decir, la remisión de la pena temporal asociada a los pecados. 

Por: Kareidys Sierra V.
Redacción EL INFORMADOR

A través de la bula de convocatoria «Spes non confundit», «la esperanza no defrauda» del Jubileo Ordinario del Año 2025, el papa Francisco decretó el Año Jubilar bajo el lema ‘Peregrinos de esperanza’, una invitación especial para todos los fieles a renovar su fe, experimentar la misericordia de Dios y en el que se obtienen Indulgencias Plenarias mediante diversos actos de fe y otras acciones concretas. 

Es uno de los eventos más significativos de la Iglesia Católica que ocurre cada 25 años, y que pueden ser numerosas las preguntas que se hacen los fieles, por lo que, la Agencia Católica de Informaciones (ACI) entregó información detallada sobre las preguntas más comunes sobre cómo adquirir o lucrar una Indulgencia Plenaria.
¿Qué puede aportar el Jubileo a mi vida de fe? ¿Qué es una Puerta Santa? ¿Qué es un templo jubilar? ¿Cómo puede vivirse si no se peregrina a Roma? Respondemos a estas y otras cuestiones que ayudarán a comprender el valor y excepcionalidad de este tiempo de gracia. 

La relevancia de un jubileo
¿Por qué el jubileo es un evento tan importante para los católicos? La respuesta es sencilla: ofrece una oportunidad extraordinaria para alcanzar la salvación y experimentar que la santidad de Dios puede transformarnos. En definitiva, es un regalo que nos ayuda a llegar al Cielo. ¿Por qué? Porque pone a disposición de los fieles todas las facilidades para obtener el “tesoro” de la Iglesia: la Indulgencia Plenaria, aquella que devuelve el alma al estado en el que estuvo al recibir el Bautismo.

¿Qué es una Indulgencia?
Una gracia que concede la Iglesia, por los méritos de Jesucristo, de María y todos los santos, para borrar la pena temporal que queda como consecuencia del pecado.

¿La indulgencia borra los pecados?
No. La indulgencia aplica a pecados ya perdonados.

¿Por qué si el pecado ha sido perdonado, queda una pena?
Para entenderlo, cabe poner este ejemplo: Un niño desobedece a su papá que le pidió no jugar pelota en casa, y rompe la ventana. Arrepentido, pide perdón. Su papá lo perdona, pero queda una consecuencia: debe pagar el vidrio roto. La mamá y hermanos del niño deciden ayudarle, con permiso del papá, a pagar la deuda.


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Así también, el pecado confesado es perdonado, pero queda una pena que hay que expiar, y es la que nuestra Madre la Iglesia nos ayuda a pagar con las indulgencias.

Existen dos tipos de indulgencias

  • Indulgencia parcial: Reduce una parte de la pena temporal.
  • Indulgencia plenaria: Elimina completamente la pena temporal.

¿Se pueden lucrar dos indulgencias en un mismo día?
En el Sacramento de la Penitencia se elimina la culpa del pecado. Sin embargo, el castigo temporal requerido por la justicia divina permanece. La indulgencia “borra” la huella del pecado y concede la remisión de toda pena temporal en el purgatorio, por lo que, si una persona fallece después de recibir este don, va directamente al Cielo.
Aunque existe una norma que sólo se puede alcanzar una indulgencia plenaria al día, durante el Año Jubilar se podrá obtener una segunda si se realiza en favor de las almas del Purgatorio. Es decir, la segunda será aplicable sólo a los difuntos.

Existen dos tipos de pecados
El pecado mortal o grave
: es una ofensa a Dios, puede considerarse terrible si trae consigo estas tres condiciones: –materia grave, o al menos apreciada subjetivamente como tal; –plena advertencia, es decir, conocimiento suficiente de la malicia del acto; y –pleno consentimiento de la voluntad.

El pecado venial: rechaza un don menor de Dios, algo no imprescindible para mantenerse en vida sobrenatural. No produce la muerte del alma, sino enfermedad y debilitamiento; no separa al hombre de Dios completamente y tampoco lo excluye de su gracia y amistad.

En conversación con EL INFORMADOR, el P. Mario Gonzáles García, párroco de los Sagrados Corazones de Jesús y María, nos contó más a detalle sobre el gran acontecimiento de un Año Jubilar y cómo los samarios pueden lucrar una Indulgencia Plenaria. Es importante recordar que existen tres condiciones habituales para obtener la Indulgencia Plenaria: “Todos los fieles verdaderamente arrepentidos, excluyendo todo afecto al pecado y movidos por espíritu de caridad y que, en el curso del Año Santo, purificados a través del sacramento de la penitencia y alimentados por la Santa Comunión, oren por las intenciones del Sumo Pontífice”. Es decir: confesarse, recibir el Cuerpo de Cristo y orar por el Papa Francisco.

P. Mario Gonzáles García, párroco de los Sagrados Corazones de Jesús y María, entregó una entrevista exclusiva a EL INFORMADOR.

 

¿Cómo se puede vivir el Jubileo 2025 si no se peregrina a Roma?
Durante el año 2025, los católicos podrán obtener la indulgencia en las peregrinaciones hacia cualquier lugar sagrado jubilar. La catedral u otros lugares designados por el obispo local. Por ejemplo, en Santa Marta existen actualmente dos lugares para la peregrinación y poder lucrar una Indulgencia Plenaria: Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Fátima de Santa Marta y la Catedral Basílica Menor de Santa Marta. 

En Roma: Al menos peregrinando a una de las cuatro basílicas papales de Roma, que son: San Pedro en el Vaticano, San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros.
En Tierra Santa: Al menos una de las tres basílicas principales: Santo Sepulcro en Jerusalén, de la Natividad en Belén, de la Anunciación en Nazaret.


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¿Qué efecto produce la Indulgencia Plenaria en el alma?
Aplicada por ti, te libra de la pena temporal de pecados confesados y perdonados, desde el momento de tu Bautismo hasta la fecha en que obtengas la Indulgencia Plenaria. 
Aplicada por un difunto, es una gran obra de misericordia, pues lo libra de la pena de sus pecados perdonados, lo cual podría ayudarle a salir del Purgatorio e ir al cielo. Decía Santa Catalina de Siena, que las almas que ayudes así te estarán eternamente agradecidas, orarán siempre por ti, y al llegar al cielo harán valla para venirte a recibir.

Si una persona que se ha confesado y ha obtenido Indulgencia Plenaria, muriera, ¿iría al cielo? 
Sí, siempre y cuando no tenga ya nada que purificar, en el sentido de apegos, pecados veniales no confesados (y por lo tanto no perdonados).

¿Cuántas indulgencias puedo obtener?
Una por día. Si se obtiene la segunda, solo es para aplicar a las almas del Purgatorio. 

¿Cómo puedo obtener la Indulgencia Plenaria?
Debes estar en gracia de Dios y tener total rechazo al pecado (habiéndose confesado); asistir a Misa completa; comulgar, orar por las intenciones del Papa (por ejemplo: Padrenuestro, Avemaría y Credo), y realizar lo que la Iglesia pida para conceder esa indulgencia. 

Peticiones del Año Jubilar 2025 ‘Peregrinos de esperanza’
Perdonar las deudas, especialmente las que afectan a los países más pobres, respetar la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural, eliminar la pena de muerte en todos los países, recuperar la confianza en los vínculos interpersonales, las relaciones internacionales, la promoción de la dignidad de toda persona y el respeto de la creación, renovar la fe y acrecentar la esperanza y la caridad, reavivar el anhelo de los bienes celestiales y derramar en el mundo entero la alegría y la paz.

El Papa Francisco ha pedido que recemos especialmente por todos los peregrinos de esperanza que buscan a Cristo 

Jubileo en Santa Marta
Luego de que el papa Francisco hiciera la apertura del Jubileo de la Esperanza en Roma; le correspondió en la Diócesis de Santa Marta a Monseñor José Mario Bacci, el domingo 29 de diciembre en la Catedral Basílica Menor. De acuerdo con el mensaje que ha traído Monseñor, este año especial está dedicado a la reconciliación, la conversión y la renovación espiritual, ofreciendo a los fieles la oportunidad de recibir la Indulgencia Plenaria.

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Las Diócesis del mundo han organizado formalmente su peregrinación para acudir a las Puertas Santas; concretamente en Santa Marta,se habilitaron dos puntos: Catedral Basílica Menor de Santa Marta y el Santuario Mariano Diocesano de Nuestra Señora de Fátima. 

Por otro lado, los Caballeros de la Virgen o los Heraldos de Evangelio que son una Fundación católica dedicada a promover la devoción a la Santísima Virgen María y a colaborar con ‘La Nueva Evangelización’, explicaron en su podcast sobre aquellas indulgencias que se lucran para quienes están en el purgatorio.  Y nos explican que: “la mayor indulgencia es el perdón de nuestros pecados, especialmente los mortales, que nos llevan al infierno. La Iglesia llama constantemente a la conversión, a abandonar el pecado, incluso al venial, y a acercarnos al sacramento de la confesión para obtener la Indulgencia Plenaria”. 
Ver el Podcast completo: Indulgencias y Perdón: ¿Qué significa el Año Jubilar?



JUBILEOS EN LA HISTORIA 
De acuerdo con la tradición bíblica, el Año Jubilar se celebraba cada 50 años, en 1343 por promulgada por el Papa Clemente VI, luego el Papa Urbano VI redujo el periodo a 33 años en honor a los años de vida de Jesucristo, más tarde el Papa Pablo II en 1470 estableció el intervalo actual de 25 años, lo que permitió que cada generación pudiera experimentar al menos un jubileo ordinario en su vida, mientras que el jubileo extraordinario se convoca por el Papa en momentos especiales. 

Jubileo ordinario
1900: El Papa León XIII proclamó el ‘Año Santo Universal’ para 1900. Por primera vez desde la unificación de Italia, el Rey anunció el Jubileo en el Discurso de la Corona. El Papa hizo un llamamiento para despertar la fe en el pueblo cristiano de todo el mundo.

1925: El Papa Pío XI, proclamó el Jubileo de 1925 con la bula Infinita Dei Misericordia del 29 de mayo de 1924, dando el impulso para iniciar las misiones en todo el mundo, lo que le valió el título de "Papa de las Misiones". El Papa prohibió los símbolos políticos en el Vaticano Estado Unitario.

1950: Con la bula Jubilaeum Maximum. Con motivo de las celebraciones del Jubileo, el Papa Pío XII proclamó el dogma de la Asunción de la Santísima Virgen María al cielo. En este año, el turismo religioso en Italia tomó forma. Se organizó para garantizar la acogida de millones de peregrinos, a los que se les entregó una "Tarjeta del Peregrino" que era válida como pasaporte en el territorio italiano. 

1975: El Papa Pablo VI decidió que el Año Santo se dedicara a la Reconciliación. Lo proclamó con la bula Apostolorum Limina del 23 de mayo de 1974.

2000: El papa, Juan Pablo II proclamó el Gran Jubileo del Año 2000 con la bula Incarnationis Mysterium. A lo largo del año, Juan Pablo II realizó varias peregrinaciones y gestos simbólicos no incluidos en las prácticas habituales de las celebraciones, como la petición de perdón por los pecados cometidos en la historia y el Martirologio de los cristianos asesinados en el siglo XX.

2025: Este año el papa Francisco,  proclamó la bula de convocación «Spes non confundit», «la esperanza no defrauda» (Rm 5,5). Bajo el lema ‘Peregrinos de la esperanza’, este año jubilar representa cuatro figuras estilizadas que indican la humanidad proveniente desde los cuatro rincones de la tierra. Abrazadas entre ellas, indican la solidaridad y la fraternidad que une a los pueblos. Una cruz que no es estática, sino dinámica y se curva hacia la humanidad, saliendo a su encuentro y no dejándola sola, ofreciendo la certeza de la presencia y la seguridad de la esperanza. Se destaca, finalmente, con color verde el lema del jubileo 2025.

Jubileo extraordinario 
1933:
Pio XI convocó un Jubileo extraordinario el 6 de enero de 1933, con la bula ‘Quod Nuper’, para conmemorar el 1900 aniversario de la muerte de Cristo. El acontecimiento se celebró con especial grandeza. El Papa pronunció hasta 620 discursos y más de 2 millones de peregrinos acudieron a Roma.

1983: Con la bula Aperite Portas Redemptori, del 6 de enero de 1983, Juan Pablo II proclamó el Jubileo, que celebraba el 1950 aniversario de la muerte y resurrección de Jesucristo.

2015: Con la bula Misericordiae Vultus del 11 de abril de 2015, el Papa Francisco declaró un Jubileo por el 50 aniversario del fin del Concilio Vaticano II. El Jubileo estuvo dedicado a la Misericordia. 


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